Ana de Dios
Martes, 25 de junio 2024, 17:32
A la hora de comprar una prenda de ropa nueva hay dos tipos de personas: las que están deseando estrenarla o aquellos que esperan a una ocasión en especial para hacerlo. Si eres de este primer grupo, en alguna ocasión probablemente te haya ganado el ansia y te la hayas puesto sin haberla lavado antes, pero ¿esto puede suponer un problema para tu piel?
Publicidad
Seguramente, hayas escuchado que no hacerlo puede hacer que contraigas alguna enfermedad dermatológica, sin embargo, algunos expertos señalan que contraer una infección grave por no lavar la ropa es algo muy poco probable, aunque sí puede facilitar la transmisión de infecciones de piel como verrugas víricas, moluscos o infecciones por hongos. Pero lo cierto es que este es un tema sobre el que hay mucha confusión.
Otro de los motivos que más preocupan en estos casos es la presencia de formaldehído, un compuesto químico utilizado en la industria textil para mejorar la durabilidad y el color de las prendas, que podría suponer un riesgo por su toxicidad al inhalarse y por posibles reacciones alérgicas o dermatitis al contacto con la piel. Sin embargo, según explicó el profesor en química Vladimir Sánchez en su cuenta de Instagram, esto es algo de lo que no hay que preocuparse, ya que hay estudios acerca de este compuesto que determinan «que la cantidad de formaldehído está muy por debajo de los límites aceptables y que, por lo tanto, las prendas son seguras». Por lo tanto, esto no debería ser un problema para la piel.
Existen otras razones por la que tu ropa nueva sí debería pasar por la lavadora antes de ponértela. Durante su fabricación y transporte, las prendas son manipuladas por otras personas, por lo que es una cuestión higiénica. «Las prendas de ropa que encuentras en el escaparate de tu ciudad seguramente hayan sido producidas en otro país, transportadas, expuestas, se pueden haber caído al suelo o las puede haber probado bastante gente antes que tú», señala este experto.
Esta recomendación también se extiende a otros productos, como las sábanas, ropa de cama o cualquier otro que esté en contacto con la piel. Y es que aunque, como hemos explicado anteriormente, el formaldehído no supone un riesgo, durante el proceso de fabricación, las fibras se someten a diferentes procesos (tintes, estampación u otros procedimientos) para conseguir tactos y acabados más depurados.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.