La increíble inteligencia del pulpo
Los científicos llevan años preguntándose cuál es el secreto de la inteligencia de los octópodos. Y han llegado a conclusiones sorprendentes. La primera: son capaces de manipular su código genético a su antojo. Pero hay más…
Carlos Manuel Sánchez / XL SEMANAL
Martes, 30 de enero 2018, 12:40
Aristóteles no tenía muy buena opinión de los pulpos.”Son criaturas estúpidas”, escribió. Pero no hay en el planeta un invertebrado tan sagaz; es el filósofo de los mares.
Los científicos llevan medio siglo preguntándose por el secreto de la inteligencia de los octópodos. Y el último estudio, publicado por la revista Cell, parece haber encontrado una de las claves: son capaces de manipular su propio código genético.
Se ha descubierto que pulpos, sepias y calamares realizan una ‘autoedición’ genética mediante la recombinación del ácido ribonucleico (ARN). De este modo, «mejoran su sistema nervioso, lo que les proporciona ventajas selectivas, como adaptarse rápido a los cambios del clima», explica Eli Eisenberg, científico de la Universidad de Tel Aviv y uno de los firmantes del estudio.
El ARN es el mensajero que transmite instrucciones celulares. Es el que ordena fabricar las diferentes proteínas que componen los genes. En el ser humano, la evolución propicia cambios muy lentos en el ADN, pero estos cefalópodos tienen prisa. Así que modifican pedacitos del ARN y cambian sobre la marcha las instrucciones que figuran en el genoma. ¿Cómo? Permutando algunas letras de las cuatro que componen el idioma de los genes -ACGU- como si ‘pirateasen’ la proteína con las características que desean.
Un gran ‘big data’ animal
Los pulpos tienen, además, una ingeniosa manera de aumentar su capacidad neuronal, repartiendo las células nerviosas en diferentes unidades de procesamiento, como varios chips conectados en red. Reparten de este modo el cerebro entre la cabeza y las patas. Por así decirlo, está dotado de nueve cerebros: uno central y ocho periféricos. Con la asombrosa particularidad de que los tentáculos tienen más neuronas que el cerebro y están dotados de gran autonomía. Así pues, su sistema nervioso se organiza como una ‘federación’ que se reparte 500 millones de neuronas; un molusco típico, como las almejas -con las que está emparentado-, tiene unas 20.000.
Algunos calamares se comunican entre sí usando una especie de código morse
Cada tentáculo contiene 40 millones de receptores que utilizan para captar información al tacto, pero también para detectar sustancias gracias a un sentido peculiar del gusto y del olfato. Los tentáculos no solo ‘huelen’ y ‘saborean’, también actúan como si tuvieran mente e intenciones propias. ¡Y sin enredarse! Los pulpos pueden regenerarlos en caso de amputación. Cada uno de estos brazos puede llegar a tener unas 180 ventosas. Y las controlan con precisión y de manera individual, como los humanos controlamos nuestros dedos.
Este es un artículo de XL Semanal, el suplemento de 'La Verdad'. Puedes leerlo completo aquí
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