Hacienda vigila los regalos en bodas, bautizos y comuniones

Primavera, verano e incluso principios de otoño, cuando todavía el buen tiempo está dando sus últimos coletazos, son las fechas preferentes para celebrar las bodas. Además, este año coincide también con la finalización del estado de alarma, por lo que se prevé que comiencen a tener lugar todos aquellos festejos que se han estado posponiendo.

Las bodas pueden ser un auténtico quebradero de cabeza. Por este motivo, algunas parejas optan por contratar a empresas para que se encarguen de organizar hasta el más mínimo detalle y poder así olvidarse de todo en ese día tan especial.

El vestido, el catering, el lugar de celebración, las invitaciones… Estas son solo algunas de las preocupaciones a las que hay que sumar las posibles inspecciones de la Agencia Tributaria.

Si te vas a casar por todo lo alto, quizá te interese saber que Hacienda vigila los posibles fraudes que puedan tener lugar en este tipo de celebraciones multitudinarias así como también en bautizos y comuniones.

El objetivo de estas inspecciones es evitar las irregularidades y los movimientos de dinero negro, es decir, de cuantías sin declarar. Y es que, puede que no lo sepas, pero hay que tributar por aquellos regalos que se reciben en este tipo de celebraciones.

Los regalos que hayas escogido en la lista que les vas a facilitar a tus invitados tributan a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya que, precisamente, se consideran una donación a efectos legales.

Existe una regulación estatal de este impuesto, sin embargo, las Comunidades Autónomas pueden aplicar una legislación específica. Por ejemplo, desde TaxDown, asesoría fiscal online, explican que es más rentable casarse o bautizar a un hijo en comunidades como la Región de Murcia, Madrid, Andalucía o La Rioja, ya que se aplica una bonificación del 99% sobre la cuota tributaria en donaciones entre padres e hijos.

Esto quiere decir que, por ejemplo, en Murcia, tan solo habría que abonar a Hacienda el 1% de la cuota tributaria de los regalos que los progenitores realicen a sus hijos, que, además, suelen ser los más cuantiosos.

«En otras comunidades, ese mismo regalo tendría una tributación mayor. La dificultad en este caso radica en la amplísima variedad de casuísticas, ya que a la hora de declarar una donación su tributación varía en función al grado de parentesco, de la base imponible del contribuyente después de deducir gastos, etc. Por tanto es posible que te salga más a cuenta que esa tele de 60 pulgadas te la regalen tus padres que tus amigos», exponen desde TaxDown.

Esta Ley no establece una cantidad mínima que se encuentre exenta en el caso de las donaciones. Esto provoca que algunas personas prefieran que sus invitados les realicen transferencias bancarias con dinero o que, directamente, se lo entreguen en mano mediante los tradicionales sobres.

Sin embargo, esto podría poner en alerta a Hacienda igualmente, ya que las entidades bancarias están obligadas a comunicar a Hacienda todos los ingresos que superen los 3.000 euros. Por lo que si, de pronto, aparece una elevada cantidad ingresada en tu cuenta corriente, podrá despertar sospechas.

A pesar de ello, la Agencia Tributaria pone el foco sobre todo en las irregularidades tributarias que puedan estar ligadas a las organizaciones de eventos o a las contrataciones de catering, fotógrafo, peluquería, etc. 

Según Enrique García, CEO y Co-fundador de TaxDown, «Se han dado casos de inspecciones en bodas, pero sobre todo de cara a los servicios asociados a la celebración, como el servicio de catering o el fotógrafo, pero en ningún caso por los regalos. Por el momento, la costumbre prevalece frente a la regulación, y parece ser que el fisco ha decidido hacer la vista gorda ante los regalos derivados de eventos tan tradicionales como bodas, bautizos o comuniones. En cualquier caso, lo que sí que recomendamos en TaxDown es conservar las facturas los servicios contratados para la organización de este tipo de eventos».

Para evitar sustos derivados de este día, que algunos románticos consideran como el más feliz de su vida, guarda todas las facturas durante los siguientes cuatro ejercicios fiscales.