Ostenta el título de Mejor Florista Artesano de España. Revista Clip

Álvaro Gómez

Florista
«Una flor te puede cambiar el día»

Cuarta generación de una familia de floristas, iba para Ingeniero hasta que las flores se cruzaron en su vida: «Me iba bien, pero no era feliz»

Domingo, 9 de febrero 2025, 00:05

Además de albergar una de las mayores ferias de horticultura del mundo, la ciudad alemana de Essen también es el lugar desde el que Álvaro Gómez se ríe ante la pregunta impertinente de a quién le regalará flores este próximo San Valentín: «A mi madre, ... que es a la que más quiero». Con ella fue, precisamente, con quien este joven florista onubense se inició en el oficio familiar tras dejar aparcados los estudios de Ingeniería. Y lo hizo con tal dedicación que el pasado año fue reconocido como el Mejor Florista Artesano de España. Aunque en abril será otro profesional el que ostente el título, Gómez seguirá componiendo ramos y diseñando decoraciones florales desde la Floristería Gallardo (Huelva), porque su trabajo le hace feliz «y eso es lo más importante».

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-Flores y vermú combinan bien.

-Por supuesto. Las flores van bien con todo.

-Se acerca San Valentín. ¿La rosa roja sigue siendo la flor más vendida?

-Sí, es el principal producto que vendemos ese día, pero a lo largo de estos años hemos ido cambiando el catálogo a los clientes porque, aunque siempre predomine el color rojo, te puedes llevar tulipanes, claveles o ramos variados de diferentes tonalidades de rojo.

-En España se regalan flores los días señalados, pero fuera de esas fechas se consideran un lujo.

-Es verdad. En Alemania u Holanda es como ir a comprar el pan; salen a la calle y se llevan un ramito o flores sueltas, y lo tienen como algo casi rutinario. Aquí esto está empezando a entrar ahora, sobre todo con las nuevas generaciones: hay chavales y chavalas de quince o dieciséis años que quieren un ramito para su madre, o ven que tiene un día triste y le regalan una flor.

-Y le alegran la vida.

-Claro. Una flor te puede cambiar el día.

-Holanda es el centro mundial del mercado de flores.

-Sí, Holanda no es un país productor, sino comerciante, y es el que mueve los precios en el mercado de las flores. Hay otras zonas en auge, como Ecuador y Colombia, países muy productores que ya están empezando directamente a comercializar con España, pero la mayoría de mercancía va a Holanda y se distribuye desde allí. De hecho, los holandeses compran campos en España, cultivan la flor aquí, la llevan a Holanda y de Holanda vuelve otra vez a España. Pero nosotros intentamos que nuestras flores tengan el menor número de kilómetros posible, por la mancha de CO2 que dejan y porque, si las tenemos aquí al lado en el campo, para qué vamos a hacer todo eso.

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-¿Cómo se convirtió en el mejor florista artesano de España?

-Varios amigos que se habían apuntado me animaron a hacerlo. Es como una especie de 'MasterChef' de las flores: dura cuatro días y son todo pruebas sorpresa, así que no puedes tener nada preparado ni saber de qué flores vas a disponer. Hay pruebas en grupo e individuales donde se valoran la técnica, la estética, la limpieza, cómo se tratan las flores y, por supuesto, el resultado del trabajo. También se tiene mucho en cuenta el compañerismo, la convivencia con los demás concursantes.

-Y eso que iba para ingeniero.

-Sí. A mí las flores me salvaron un poco la vida, porque yo estaba estudiando una ingeniería en Málaga y me iba bien, pero no era feliz. Como soy la cuarta generación de una familia de floristas, empecé a hacer algún curso en la Escuela Andaluza de Arte Floral para ayudar a mi madre en campañas fuertes, hasta que un día me paré delante de ella y le dije: «Mamá, no quiero seguir estudiando ingeniería, me quiero dedicar a las flores». Al principio fue un poco raro, pero ya después, con trabajo y con sacrificio… y con pasión, claro. Porque este es un trabajo por el que tienes que tener pasión.

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Tendencias actuales

-En las flores también hay modas. ¿Qué se lleva ahora?

-Pues están desapareciendo los ramos silvestres, con mucho verde, y ahora hay más presencia de flor. Con respecto a los colores, el Pantone de este año es el moka, así que por un lado tenemos tonos más pastelosos, marrones, y, por otro, el 'full color', que es como si cogieras el círculo cromático y lo metieras entero en un ramo, aunque siempre con su proporción y su balance.

-¿Cuál es el encargo más raro que le han hecho?

-Bueno, un par de veces me ha pasado ir a llevar un ramo que me habían encargado y que me dijeran que no lo querían porque lo enviaba cierta persona. También fue raro un ramo de rosas negras. Culturalmente, la gente tiene diferentes visiones sobre las flores.

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-Y tienen un lenguaje propio.

-Claro, cada flor significa algo. También los colores: ponemos el blanco en las iglesias porque significa pureza, mientras que el rojo simboliza la pasión, o el amarillo la amistad. Incluso hay flores que, por la forma que tienen, se consideran más femeninas, hasta eróticas, como la orquídea.

-¿Qué hacemos para que las flores aguanten frescas más tiempo?

-Lo primero y más importante es que tomen agua limpia, que el agua no se ponga verde. Lo segundo es que cada dos días les cortemos un poquito el tallo, porque así vamos a renovar el corte y a conseguir que la flor tome mejor el agua.

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-¿Le han regalado flores alguna vez?

-El año pasado fue la primera vez que me regalaron un ramo. Fue por mi cumpleaños y me hizo muchísima ilusión por lo inesperado.

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