¿Te despiertas habitualmente entre las 3 y las 5 de la mañana?: motivos y consejos

El insomnio nocturno es un trastorno común del sueño que cada vez afecta a más personas. En ocasiones, esta patología no se presenta únicamente a través de la dificultad para conciliar el sueño, sino que también se puede manifestar haciendo que te despiertes demasiado temprano y no puedas volver a dormir.

Si eres una de esas personas que se desvela habitualmente entre las 3 y las 5 de la mañana sin conocer realmente a qué se debe esta circunstancia, debes saber que existen diversas causas que pueden trastocar el sueño, desde factores psicológicos hasta problemas de salud.

El estrés es uno de los principales factores que hacen que las personas se despierten en medio de la noche. Las distintas responsabilidades del día a día y las preocupaciones sobre el trabajo, la familia y la salud pueden mantener la mente activa, dificultando el descanso profundo. Además, este estado de alerta normalmente produce un aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, que hacen más difícil volver a conciliar el sueño.

Los factores ambientales como la luz y el ruido del entorno también juegan un papel importante a la hora de descansar. En concreto, los sonidos fuertes o los cambios repentinos en la iluminación del dormitorio pueden interrumpir los ciclos de sueño. Asimismo, determinadas condiciones médicas como las migrañas o la artritis, al igual que las molestias físicas y el dolor en cualquier parte del cuerpo, también interrumpen las horas de sueño. Por otro lado, existen ciertos medicamentos que, en función de los efectos secundarios que producen, pueden impedir el sueño continuo y duradero.

Según datos oficiales de la organización Sleep Foundation, el 40% de la población se despierta en medio de la noche. Mientras que algunas personas pueden volver a dormir, otras sufren mirando pasar lentamente las manecillas del reloj. Cuando esto sucede, lo más importante es que los afectados no se fijen continuamente en la hora, ya que la sensación de ansiedad y la ansia por volver a dormir pueden resultar contraproducentes.

Otro consejo que se debe seguir para poder continuar con el sueño es evitar distraerse con los dispositivos electrónicos. La luz azul hará que el cerebro se despierte más al igual que comprobar las redes sociales o los mensajes que se han recibido durante la noche, entre otras aplicaciones.

En el caso de haber permanecido sobre la cama, es recomendable realizar respiraciones diafragmáticas para volver a conciliar el sueño. Estas respiraciones, que se realizan poniendo una mano encima del estómago y respirando profundamente hasta notar cómo se eleva y baja el abdomen, también ayudarán a que el cuerpo se calme y relaje. Asimismo, dar un pequeño paseo por la casa y cambiar de habitación contribuyen a que los afectados se despejen y vuelvan a dormir cuando regresen al dormitorio.

Por último, evitar tomar café, desconectarse de pantallas al menos media hora antes y comer con varias horas de antelación fomentan que las personas tengan un buen descanso, al igual que tener un horario específico para acostarse y levantarse, realizar ejercicio durante el día u optar por actividades como la lectura y la meditación para poder tener un descanso adecuado.

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