Por qué debes conservar los corchos de las botellas de vino para el buen estado de tu frigorífico

Si hay una bebida por excelencia en España, sin contar la cerveza, es el vino. Todas las celebraciones importantes y las comidas especiales con amigos o familia deben estar presididas por una buena botella de vino. Puedes ser más de blanco o de tinto, pero seguro que al pensar en una botella de vino te viene a la cabeza una en especial cerrada con su típico corcho.

Este objeto puede utilizarse para cerrar una botella si el vino del recipiente todavía no se ha consumido y evitar así que entre polvo al contenido. Además, en muchos restaurantes, utilizan estos corchos para decorar dentro de botellas antiguas que dan un toque tradicional y a la vez de buen gusto. Puede que nunca te lo hayas imaginado, pero es posible darle una segunda vida y una función diferente, alejada del vino, a los corchos típicos que cierran las botellas de vino.

Si te gusta mucho el vino y acumulas una gran cantidad de corchos puedes aprovechar para mejorar el estado de un electrodoméstico tan importante como es el frigorífico. Este tipo de aparatos llegaron para hacer la vida más cómoda a las personas. Ya nadie se imagina su día a día sin una lavadora o un microondas. Para que los electrodomésticos duren bastante tiempo hay que llevar a cabo una limpieza y mantenerlos activos para que no se estropeen. Por ello, puedes conocer algunos trucos para que el cuidado de estos aparatos sea el adecuado y aguanten mucho más tiempo.

Para ayudar a que tu nevera no acumule malos olores puedes recurrir a los corchos de las botellas de vino. Solo tienes que coger un corcho y colocarlo en un estante del frigorífico. También puedes partir el corcho en 2 o 3 partes y colocar los trozos en varios estantes de tu nevera. Haz lo mismo en el congelador y en sus diferentes cajones. Si lo haces por la noche, a la mañana siguiente podrás comprobar al abrir la nevera o el congelador que el hedor habitual que se crea en el interior de los electrodomésticos ha desaparecido.

Este objeto es un material poroso que absorbe la humedad y los malos olores. También puedes acabar con los olores desagradables de tu frigorífico echando una gota de aceite esencial sobre el corcho para perfumar al mismo tiempo el interior del aparato. El aroma más acertado suele ser el de limón fresco, también pueden funcionar bien otros cítricos como la naranja, el pomelo o la mandarina.

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