Contaminación en Barcelona, una de las ciudades analizadas. Efe

La contaminación en España cuesta 850 millones de euros al año en ingresos urgentes en el hospital

Investigadores del Instituto de Salud Carlos III ponen por primera vez cifra al coste económico de la mala calidad del aire, en combinación con las temperaturas extremas, y calculan 62.000 personas al año afectadas

Martes, 25 de febrero 2025, 14:10

El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado la primera investigación que se realiza en España sobre el coste, tanto humano como económico, de ... la contaminación atmosférica. Más aún, los trabajos sobre la mortalidad que provoca este agente nocivo abundan, pero no así la morbilidad, esto es, las enfermedades que provoca o agrava.

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En el estudio que ve ahora la luz han sido calculados sus efectos a corto plazo, a través de los ingresos hospitalarios urgentes. El resultado es un coste de 850 millones de euros al año y 62.000 ingresos de pacientes afectados por las consecuencias de la mala calidad del aire, en combinación con la presencia de temperaturas extremas, tanto de frío como de calor.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores han analizado 14.381.087 ingresos hospitalarios no programados (urgentes) por causas naturales durante el período del 1 de enero de 2013 al 31 de diciembre de 2018 en 52 provincias españolas. La incidencia por zonas es muy variable. Madrid y Barcelona registraron más de 840 ingresos diarios, seguidas de Valencia con 354. Las provincias de Soria, Ceuta y Melilla fueron las que tuvieron un menor número, con menos de 15 casos.

Por tipo de contaminantes, también hay diferencias. En la Comunidad Valenciana es el ozono troposférico (O3) el que muestra un mayor número de ingresos a corto plazo atribuibles con 7.500 ingresos al año, mientras que en Madrid y Cataluña es el dióxido de nitrógeno (NO2) con 8.200 y 6.300 ingresos al año, respectivamente. El primero suele elevar sus niveles durante las olas de calor y, sobre el segundo, es el contaminante asociado principalmente al tráfico rodado de las ciudades.

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Lo habitual es que los estudios se hayan centrado en la incidencia de las temperaturas extremas en la salud de la población, pero este último trabajo publicado ahora en la revista Science of the Total Environment (STOTEN), tiene en cuenta la calidad del aire como factor determinante durante las olas de frío y calor. Así, los ingresos hospitalarios solo atribuibles a las temperaturas extremas son unas once veces inferiores a los relacionados con la mala calidad del aire.

«De los 5.300 ingresos anuales atribuibles a las temperaturas, unos 1.200 se producirían en olas de calor y 4.100 en olas de frío, probablemente relacionados con los pocos días al año que ocurren esos extremos térmicos», concretan los coordinadores del estudio, los científicos Julio Díaz y Cristina Linares, que también han contado con la colaboración de las universidades de Girona y Alcalá de Henares. Así, resaltan que la contaminación puede influir más en estos episodios extremos que la propia temperatura.

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«Estos resultados refuerzan la recomendación de que los planes de prevención contra olas de calor y de frío incluyan los efectos sobre la salud de la contaminación atmosférica; al saber que hay impactos sobre la salud a muy corto plazo, se pueden tomar posibles medidas coyunturales para evitar estas situaciones episódicas de contaminación y, por tanto, estos impactos sobre la salud, especialmente sobre los grupos poblacionales más vulnerables», explican sobre la utilidad del estudio.

Coste económico

Para los investigadores del ISCIII, la información médica se quedaba coja porque a las partes interesadas en establecer protocolos de actuación en estos casos, la evaluación del coste económico «resulta fundamental» para las partes interesadas. «Hasta la fecha, no existen estudios actualizados a nivel nacional que incluyan una evaluación económica del coste de los ingresos hospitalarios atribuibles a la exposición a la contaminación atmosférica», afirman, de ahí la relevancia de este trabajo.

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Solo uno de 2023 evaluó lo que costaba a la comunidad de Madrid, un coste anual estimado de 119 millones de euros, por la exposición al óxido nitroso (NO2), y otro en el mismo año que fijó en 567 millones de euros el coste en Barcelona por la presencia de este mismo contaminante.

14,3 millones

de ingresos hospitalarios han sido analizados para alcanzar las conclusiones de este trabajo del ISCIII.

Sobre las enfermedades que provocan estos ingresos hospitalarios, y aunque hasta ahora hayan sido relacionadas solo con las temperaturas extremas, se encuentran las de tipo metabólicas y la obesidad, la insuficiencia renal, así como las dolencias respiratorias y circulatorias. Asma, EPOC, deficiencias cardiovasculares y complicaciones en el embarazo completan la lista de patologías agravadas por estas circunstancias medioambientales adversas.

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En los últimos años se ha producido una reducción gradual y global de los niveles de contaminantes químicos del aire, pero el 99 % de la población sigue estando expuesta a niveles nocivos para la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En España, como en otros países europeos, se han establecido límites más estrictos que los fijados por la OMS. Y aunque «no existen niveles de contaminación totalmente seguros» para la población, de cumplir con estos estándares se podrían evitar un alto porcentaje de muertes atribuidas a la contaminación. Según un estudio europeo realizado en este sentido, la estimación apunta a 50.000 muertes menos por exposición a las partículas PM 2,5 y alrededor de 900 por exposición al óxido nitroso.

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Estudios complementarios

Las conclusiones de esta investigación complementan las obtenidas en estudios similares recientes, también llevadas a cabo desde la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del ISCIII. El año pasado, un artículo también publicado en STOTEN reveló los efectos a corto plazo de las partículas finas procedentes de la combustión de biomasa y de las intrusiones de polvo sahariano en los ingresos hospitalarios urgentes debidos a trastornos mentales y del comportamiento, ansiedad y depresión en España. Y en 2023, otro artículo igualmente publicado en esta revista confirmó el impacto en la morbilidad, mortalidad y salud de las olas de calor según su origen en personas residentes en Madrid. En ambos se puso de manifiesto que, en ocasiones, el efecto atribuible a la contaminación atmosférica es superior, en algunos casos, que al de la propia temperatura en olas de calor.

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