Todo el mundo conoce la lluvia de estrellas de las Perseidas o, como se las conoce popularmente, 'las lágrimas de San Lorenzo'. Esta lluvia de meteoros sucede cada mes de agosto y es tan conocida por su elevada actividad y porque las condiciones atmosféricas favorecen su visibilidad. Aunque las Perseidas son las más conocidas, durante todo el año se suceden lluvias de estrellas que inundan el cielo durante varias jornadas.
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La lluvia de estrellas Líridas fue el último fenómeno astronómico reseñable. La próxima lluvia de meteoros es la conocida como Eta Acuáridas, que sucede cada año entre el 19 de abril y el 28 de mayo. Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), su observación es más favorable desde lugares ubicados en el trópico, como las islas Canarias, y en el hemisferio sur, aunque también pueden llegar a ser observadas desde el hemisferio norte.
No se debe confundir esta lluvia de estrellas con las Delta Acuáridas que se produce cada año entre el 12 de julio y el 23 de agosto, alcanzando su máximo en torno al 30 de julio, según el IGN. En su caso, las Eta Acuáridas están asociadas con el cometa Halley, al igual que sucede con la lluvia de meteoros de las Oriónidas, ocurrida en octubre. Las Eta Acuáridas llegan a alcanzar una actividad de entre 40 y 85 meteoros por hora y una velocidad bastante alta, unos 66 kilómetros por segundo.
Esta lluvia de estrellas parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Este punto se denomina 'radiante' y su localización se utiliza para dar nombre a la lluvia de estrellas. Las Eta Acuáridas tienen su radiante en la estrella Eta de la constelación de Acuario.
Este 2023 no se darán las mejores condiciones para observar este fenómeno, ya que su momento de máxima actividad se producirá un día después de la luna llena, el plenilunio tendrá lugar el 5 de mayo. La máxima actividad de la lluvia de meteoros se espera que tenga lugar entre el 6 y el 7 de mayo. La poca diferencia de jornadas entre el máximo y la luna llena dificultará la observación de la lluvia de estrellas.
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Para los observadores a nuestras latitudes, 40º norte, el radiante de las Eta Acuáridas se sitúa por encima del horizonte desde cuatro horas después de la medianoche hasta el amanecer.
Los meteoros de las Eta Acuáridas son fragmentos del cometa 1/P Halley. El cometa Halley orbita alrededor del Sol cada 76 años y fue visto desde la Tierra por última vez en 1986, según explica la página web del IGN. Por estas fechas, cada año, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa Halley. Cuando uno de esos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire creando así este resplandor luminoso más conocido como estrella fugaz.
Lo más importante es alejarse de la ciudad y, especialmente, de la luz de los edificios y farolas. Se recomienda observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista y no utilizar instrumentos ópticos que puedan limitar el campo de visión.
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Aunque las Eta Acuáridas parecen venir de la constelación de Acuario (de ahí su nombre), se pueden observar en cualquier parte del cielo. Lo más aconsejable es dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la luna si la observación se realiza cuando el satélite está presente. Se recomienda tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
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