Más de un centenar de campistas se han concentrado este domingo en Ajo, en el municipio cántabro de Bareyo, para denunciar el "engaño" que han sufrido por parte de la dirección del Camping Arenas, tras una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) que ordena el cese de actividad y la demolición de parte de la instalación ya que se ubica en suelo "ilegal". "El mayor daño, más que el económico, es el daño moral. Para nosotros es como nuestro segundo hogar", coinciden las más de 100 familias afectadas, en su mayoría vascas.
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