LA VERDAD / AGENCIAS
Domingo, 28 de octubre 2018, 10:30
El cambio de hora ya se ha producido (¿te has acordado de cambiar todos los relojes? y a partir de ahora el número de horas de luz se reducirá con la llegada del nuevo horario de invierno. Como recuerdan los expertos, tiene consecuencias ... directas sobre la salud y, en especial, sobre la salud de las personas mayores. Según Conchita García, médico de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores, «la reducción de exposición a las horas de luz puede afectar al ritmo del sueño, provocar ansiedad y conllevar cuadros depresivos».
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Los grupos de edad más afectados por estos efectos son los niños y los ancianos, porque son los que suelen tener una rutina más marcada. «El descenso de las temperaturas y, sobre todo, la reducción de las horas de luz, son responsables de la sensación de tristeza de algunas personas, más aún si viven solas, algo que ocurre con más frecuencia en la tercera edad. Hay quien resulta más sensible a estos cambios y padece síntomas depresivos, tristeza, astenia, irritabilidad y una mayor necesidad de consumir dulces», explica la doctora.
Para García, la falta de vitamina D es otro de los trastornos de la reducción de horas de sol; de hecho, el de los ancianos es uno de los grupos poblacionales que más ausencia de esta vitamina presenta. «Cuantas menos horas de luz, menor será nuestra exposición solar, lo que puede traducirse en lesiones o en osteomalacia en adultos y personas dela tercera edad», afirma.
En este sentido, un estudio del Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha analizado el tiempo necesario de exposición para obtener las dosis recomendadas de vitamina D sin que eso dañe la salud. Se comprobó que, alrededor del mediodía en enero, con un 10 por ciento de exposición corporal, se necesitan aproximadamente 130 minutos para obtener la dosis diaria recomendada de vitamina D. En cambio, en abril y julio, con un 25 por ciento de exposición corporal, serían suficientes unos 10 minutos para adquirir la vitamina. Y en octubre se necesitarían unos 30 minutos.
Para facilitar la adaptación al nuevo horario, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP) recomienda:
- Establecer una rutina de sueño, manteniendo unos horarios regulares. Esto implica acostarse y despertarte en torno a la misma hora, por lo que hay que evitar las siestas al menos que el organismo ya se haya habituado al nuevo horario.
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- En cuanto a la nutrición durante estos días de adaptación al nuevo panorama solar, aconsejan evitar las cenas pesadas y disminuir el consumo de cafeína y otros excitantes. «No son buenos aliados para adaptarte al nuevo horario», apostillan.
- Ojo con el ejercicio físico y los móviles. Consideran que es perjudicial el ejercicio físico incluso «varias horas» antes de dormir, así como las luces brillantes de móviles o portátiles en los momentos anteriores a entrar en la cama.
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