Carlos Manuel / XLSemanal
Viernes, 21 de septiembre 2018, 11:14
«Yo soy, y seré siempre, un ingeniero empollón de los que llevan calcetines blancos». Neil Armstrong (1930-2012), el primer hombre que pisó la luna, jamás se vio a sí mismo como un héroe. Antes que astronauta, antes incluso que piloto, se consideraba ingeniero. Y lo que más le preocupaba era hacer bien su trabajo. Era modesto y parco en palabras.
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