Un alucinógeno en la cocina

La nuez moscada ('Myristica fragrans') es el fruto del árbol moscadero de forma ovoide, cubierto por la macis, con una almendra, marrón por fuera y blanca por dentro, que se emplea como condimento alimentario y para usos medicinales gracias al aceite que contiene en abundancia.

El aceite esencial extraído de la nuez moscada es conocido por sus propiedades sedativas, que pueden calmar la ansiedad y el estrés, contribuyendo al equilibrio psicofísico y facilitando el sueño. Además, ha demostrado tener efectos antiinflamatorios y se utiliza para tratar los dolores reumáticos. Posee también propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antioxidantes.

Pero hay que tener en cuenta que en altas dosis puede ser perjudicial. Por muchas propiedades excelentes que posea, no es conveniente sobrepasarse ya que su uso en exceso podría provocar efectos secundarios adversos.

Los aceites volátiles que contiene, formados por derivados de alquibenceno, terpenos y ácido mirístico, pueden afectar al sistema nervioso central y puede, producir ansiedad, sensación de muerte inminente, alucinaciones visuales con percepción alterada de la realidad y los colores, agitación psicomotriz o convulsiones.

La semilla de la nuez moscada tiene un sabor dulce y aromático. La vaina que envuelve la nuez, es a su vez otra especia llamada macis, la cual tiene un sabor picante con un toque amargo y un aroma fuerte, fresco y cálido. En China se usa en dulces, mientras que en la cocina europea la podemos encontrar en purés, guisos, estofados…

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