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Natalia Moreno
Martes, 14 de mayo 2024, 17:39
Desde hace décadas el plástico se ha puesto en el foco de la contaminación. Su uso para prácticamente cualquier envase debido a su ligereza y bajo coste ha ido invadiendo los fondos marinos y los campos, provocando la creación de 'islas' de este componente en mitad de los océanos. Tanto es así, que lo raro es encontrar otro material que guarde a los productos en su interior. Sobre todo, han aumentado la utilización de plásticos de un solo uso como los sobre de kétchup o mayonesa, las pequeñas tarrinas de aceite y los envases individuales de azúcar, sacarina o sal.
La alarma ha sido cada vez mayor a partir de los datos que Euroestat recogió entre 2009 y 2020. El uso de plásticos aumentó un 20% en 11 años. Además, cada persona desecha anualmente un total de 188,7 kilos de envases de este tipo, una cifra que se espera que aumente si no se toman medidas. Por otro lado, el total de la UE pasó de 66 millones de toneladas de residuos de este material en 2009 a 84 millones en 2021. Ante esta situación el Parlamento Europeo decidió establecer nuevas restricciones para reducir el impacto del plástico.
La UE adoptó el pasado mes de abril otra medida para paliar la generación de residuos plásticos, que se suma a las tomadas con anterioridad como la prohibición de platos, cubiertos y pajitas de este material en 2021. La nueva norma se pondrá en vigor a partir del 1 de enero de 2030, cuando quedarán vetados los «envases de frutas, verduras frescas sin procesar, alimentos y bebidas que se consumen en restaurantes, los de porciones individuales para salsas, cremas… También los pequeños productos de higiene personal (pequeños botes de champú o gel en hoteles, por ejemplo) y las bolsas de plástico muy ligeras», según el Parlamento Europeo.
Además, «los distribuidores finales de comida y bebida para llevar tendrán que ofrecer a los consumidores la opción de aportar su propio recipiente», siempre que cumpla con las condiciones básicas de higiene. Y se exige también que estos negocios se «esfuercen» en garantizar que el 10% de sus productos se encuentran envases reutilizables para finales de esta década.
Por otro lado, con la nueva norma se recogen los objetivos de la reducción del 5% de estos recipientes para 2030, el 10% para 2035 y el 15% para 2040. Así como que «para 2039 el 90 % de los envases de bebidas de plástico y metal de un solo uso (hasta tres litros) tendrán que recogerse por separado». Una novedad para el sistema de reciclado actual, que recoge todos los tipos de envases, independientemente de su composición, en el mismo contenedor amarillo. Esta separación por tipo de materiales podría facilitar el posterior reciclado de los residuos y reducir la huella ambiental que estos dejan.
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