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La Llamada, la elección del Nazarena Mayor y el Procesionista del Año. La ciudad ya va cogiendo poco a poco aroma a incienso y resonar a melodía de corneta. La Semana Santa está cerca y, ayer, la sociedad cartagenera, reunida en el auditorio en El Batel, se reunió para revivir y terminar con los pelos como escarpias al escuchar atentamente el relato de pasión del pregonero, Gonzalo Wandosell Fernández de Bobadilla. Un recorrido vocal y musical por lo más destacado de los ya internacionales cortejos procesionales que engalanan cada primavera las calles de la ciudad trimilenaria.
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El acto que comenzó a las 19.00 horas, en la Sala Isidoro Máiquez del auditorio municipal estuvo presidido por el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras; la alcaldesa, Noelia Arroyo; y el obispo, José Manuel Lorca Planes. Junto a ellos, la Nazarena Mayor, María Ángeles Valverde Ruiz, y el presidente de la Junta de Cofradías, Javier Pavía Galán.
Wandosell prometió evocar un relato en el que todos, marrajos o californios, se sintieran identificados, pues avisó desde el inicio que sus colores son el rojo del faro de la Navidad y el verde del faro de la Curra. No en vano, explicó que es hijo de la Semana Santa y de una pareja, sus padres, que se conocieron junto a una cabina de teléfonos un Martes Santo.
Asentado en la agrupación de San Pedro, Wandosell hizo un recorrido por todos los lugares por los que le tocó pasar dentro del mundo procesionista, algunos por voluntad propia y otros empujado, pero siempre con la memoria viva y perenne de sus dos progenitores. «De la misma manera que el protagonista de 'Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez, aferraba el recuerdo de su amada en los ríos y montañas de Macondo, yo ato la memoria de mis padres en nuestra Semana Santa», evocó emocionado.
En ese sentido, recordó que así ha venido sucediendo de generación en generación. «Yo disfruto esos días viviendo el sueño de mis padres, y el de mis antepasados. Y si lo pensáis un poco, vosotros también lo hacéis, al igual que nuestros hijos, nietos y bisnietos vivirán los nuestros en el futuro».
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Al término de la intervención, la alcaldesa entregó a Wandosell el escudo de la ciudad y López-Miras la placa acreditativa. Tras el pregonero intervino la Nazarena Mayor, María Ángeles Valverde, que reiteró el agradecimiento a las autoridades y recordó como vivía la Semana Santa en su niñez. Confesó que, pese a no ser su familia de tradición procesionista, desde que su marido y la Virgen del Primer Dolor llegaron a su vida, ha estado vinculada por siempre a la Semana Santa cartagenera.
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