Martes, 1 de octubre 2024, 00:01
El hombro es la parte del cuerpo que une el brazo con el torso y está formado por tres huesos: clavícula, escápula y húmero. En él se reúnen varias articulaciones que, combinadas con los músculos y tendones, dan movilidad al brazo. Desde tocarte la espalda a lanzar una pelota, el hombro te permite realizar numerosas actividades tanto cotidianas como deportivas. Y uno de los grandes protagonistas en estos movimientos es el manguito rotador.
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El manguito rotador es una de las zonas del hombro con más riesgo de sufrir lesiones. Consiste en una estructura de tendones que, unidos a los músculos se encargan de mantener al húmero dentro de la cavidad glenoidal. Gracias al manguito rotador y a las bursas es posible realizar movimientos suaves evitando la fricción y dando estabilidad y fuerza a la articulación.
Sobre esto hemos hablado con el doctor Diego José Giménez, jefe del servicio de traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia. «La biomecánica del hombro es muy exigente», nos cuenta. «Está compuesto por un total de cinco articulaciones, pero las lesiones más comunes son las que afectan al manguito rotador. Aunque también las dislocaciones por golpes y traumatismos».
Asimismo, añade que es una zona muy afectada a nivel muscular. Y es que no solo se crean contracturas por malos movimientos, sino también por situaciones de estrés y nerviosismo.
La mayoría de los problemas de hombro que encontramos pueden clasificarse en categorías dependiendo de las características de la lesión. Estas categorías son:
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- Inflamación del tendón (bursitis o tendinitis) o desgarro del tendón.
- Inestabilidad.
- Osteoartritis.
- Fractura (hueso roto).
- Otras causas menos comunes del dolor de hombro: tumores, infección y/o problemas relacionados con los nervios.
Como ya hemos dicho, son varias las causas que provocan lesiones en el hombro, incluyendo el sobreuso, los traumatismos y condiciones degenerativas. Pero hay algunas que son más frecuentes que otras. ¿Cuáles?
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Es la principal causa de la mayoría de las lesiones del manguito de los rotadores. Se produce por la compresión y el roce que sufre este conjunto de tendones sobre el extremo superior del húmero, el acromion y el tendón de la cabeza larga del bíceps; entre el extremo proximal del húmero y el denominado arco coracoacromial, cuando se producen movimientos de elevación del brazo por encima del nivel del cuello.
Los síntomas que caracterizan a este síndrome son dolor y pérdida de fuerza en el hombro. Además, si la acción que ha producido la lesión no cesa, los tendones de los músculos se irán debilitando, pudiendo llegar incluso a romperse.
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En la mayoría de los casos, esta inflamación afecta al tendón del músculo supraespinoso, aunque corre el riesgo de extenderse al resto de tendones del manguito. De hecho, la tendinitis del supraespinoso es la causa más frecuente de dolor de hombro. Aun así, el doctor Giménez nos aclara que este problema suele ser secundario a un síndrome de pinzamiento subacromial.
La tendinitis aguda es característica en personas jóvenes, se da tras un esfuerzo físico repetido y corresponde al estadio I del pinzamiento subacromial. No obstante, tiene buen pronóstico y es reversible.
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En la tendinitis crónica, por otra parte, el desarrollo de los síntomas es más gradual y a veces no hay antecedentes de sobrecarga funcional. El paciente presenta dolor localizado sobre la cara anterior y lateral del hombro que puede irradiarse a los músculos deltoides y trapecio y empeora por la noche. Afecta más frecuentemente a personas adultas. Este tipo de tendinitis está causado por pequeñas agresiones laborales y deportivas repetitivas o por el síndrome de pinzamiento subacromial.
La calcificación de los tendones y las bursas periarticulares asociada a tendinitis se debe a la acumulación de calcio en su interior, lo cual causa dolor. En algunos casos, esto puede darse como consecuencia de un trastorno metabólico como en el caso de la diabetes mellitus. Otra de las opciones que pueden desencadenar una tendinitis calcificada en el hombro es un proceso tendinoso degenerativo de larga evolución.
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Aun así, puedes tener el cristal de calcio sin que produzca ningún tipo de dolor o patología. En esas ocasiones, puede encontrarse por casualidad al realizar una radiografía por cualquier otro motivo que no esté relacionado con una lesión de hombro.
Se produce cuando se rompe uno o varios de los tendones de los que conforman el manguito rotador, sea cual sea el origen de la rotura.
Aun así, es necesario que se dé un traumatismo importante para sufrir una rotura a este nivel, por lo que sucede rara vez en personas jóvenes. Sí es una lesión que puede resultar más frecuente en deportistas.
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Al producirse, quien la padece suele sentir un dolor intenso e incapacidad para elevar el brazo. Por otro lado, el doctor Diego José Giménez afirma que «la mayoría de las luxaciones traumáticas del hombro se acompañan de cierto grado de rotura del manguito de los rotadores».
La rotura del manguito rotador es una lesión crónica, habitual en pacientes mayores de 40 años, especialmente en ancianos. Además, al igual que la tendinitis, suele derivarse de un síndrome de pinzamiento subacromial. Se caracteriza por la incapacidad de movimiento y dolor localizado en la cara anterior del hombro.
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Cuando las lesiones del hombro no mejoran con tratamientos conservadores, se recurre a la cirugía para solucionarlas. Las intervenciones más habituales en esta articulación se centran en tratar lesiones y condiciones como el desgarro del manguito rotador, la inestabilidad del hombro, la artritis o la fractura del húmero proximal.
A continuación, se exponen algunas de las cirugías de hombro que el doctor Giménez cataloga como más frecuentes y el modo en que se realizan:
El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones que rodean el hombro y ayudan en su movimiento y estabilidad. Al desgarrarse, provocan tanto dolor como debilidad en el hombro.
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¿Cómo se puede reparar? Existen dos opciones:
- Artroscopia. Es la técnica más empleada, de forma general. Para llevarla a cabo, se utilizan pequeñas incisiones por donde se insertan una cámara (artroscopio) y herramientas quirúrgicas. El cirujano se encargará de unir de nuevo los tendones desgarrados con suturas o anclajes especiales, según necesite.
- Cirugía abierta o mini abierta. Se recurre a la cirugía abierta en los casos de mayor daño y que revisten gran complejidad. En estos casos, puede ser necesario realizar una incisión más grande para acceder directamente al tendón y repararlo.
Como ya hemos visto, la artroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo que se usa para diagnosticar y tratar una amplia variedad de problemas en la articulación del hombro. Tal y como se hace en cualquier otra intervención de este tipo, se realizan unas pequeñas incisiones. En una de ellas se colocará la cámara, para visualizar el interior del hombro. De igual modo, se introducirán los instrumentos quirúrgicos necesarios para limpiar, reparar o eliminar tejido dañado (desgarros, espolones óseos, tejido inflamado, etc.).
¿En qué tipo de lesiones se utiliza la artroscopia de hombro? Esta cirugía se usa para tratar el síndrome de pinzamiento, el desgarro de labrum (un anillo de cartílago que rodea la cavidad del hombro) y problemas de bursitis o tendinitis.
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En casos de inestabilidad del hombro, como la luxación recurrente o las lesiones del labrum, se utilizan estas cirugías. ¿En qué consisten?
- Técnica de Bankart. Con este procedimiento se reparan el labrum desgarrado y las estructuras circundantes (ligamentos) para evitar la dislocación del hombro.
- Técnica de Latarjet. Es una opción cuando los ligamentos y el labrum no son suficientes para estabilizar el hombro. En ella, se transfiere una parte del hueso de la escápula (coracoides) al área afectada del hombro para aumentar la estabilidad.
Ambos procedimientos pueden realizarse de forma artroscópica o abierta, según la complejidad.
Se realiza en casos graves de artritis de hombro o cuando la articulación está severamente dañada por lesiones.
¿Cómo se realiza una artroplastia? Para llevarla a cabo, se reemplaza la articulación del hombro dañada por una prótesis. En este caso, la cabeza del húmero se suele reemplazar por una bola de metal y la cavidad glenoidea por una copa de plástico.
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Este procedimiento puede ser una artroplastia anatómica o una artroplastia reversa (donde se invierte la disposición de la prótesis para optimizar el funcionamiento en pacientes con daño del manguito rotador).
Las fracturas del húmero proximal son comunes en personas mayores y pueden requerir cirugía si los fragmentos óseos están desplazados. Para repararlos, en algunos casos, se usan placas y tornillos con los que se unen los fragmentos del hueso en su lugar.
En fracturas severas, especialmente en personas mayores, se puede realizar un reemplazo parcial del hombro (hemiartroplastia). Con él, solo se reemplaza la parte superior del húmero.
Se emplea para tratar el síndrome de pinzamiento subacromial, en el cual los tendones del manguito rotador se inflaman o irritan debido al roce con una parte del hueso acromion.
El doctor Giménez nos explica que la descompresión subacromial se realiza de manera artroscópica. En esta intervención se elimina una pequeña porción del acromion para dar más espacio a los tendones del manguito rotador y reducir el roce.
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Este procedimiento se realiza para tratar el hombro congelado (capsulitis adhesiva), donde la cápsula del hombro se vuelve rígida y dolorosa. En él, el cirujano realiza pequeños cortes en la cápsula articular rígida del hombro mediante artroscopia para permitir que el hombro recupere su rango de movimiento.
Estas cirugías se personalizan según el diagnóstico específico y la severidad de la lesión del paciente. Aun así, existe una tendencia creciente hacia procedimientos mínimamente invasivos como la artroscopia, que permiten una recuperación más rápida.
El tratamiento de las lesiones de hombro ha avanzado considerablemente en los últimos años gracias a la innovación en técnicas quirúrgicas como la artroscopia. Estos procedimientos permiten una recuperación más rápida y eficaz, lo que es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Para finalizar, el doctor Diego José Giménez, nos indica que «la prevención sigue siendo fundamental. Especialmente a través de una correcta higiene postural y ejercicios que fortalezcan la musculatura del hombro».
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