Cuidado con estos esmaltes al pintar tazas y platos de cerámica: «Pueden ser cancerígenos»

Los pasatiempos tradicionales han vuelto a conquistar a los jóvenes. Actividades como el ganchillo o el bordado, que hasta hace unos años se asociaba con generaciones anteriores, están de moda. Su interés ha crecido tanto que cada vez es más común encontrar talleres y cursos, ya sea para asistir durante todo el año o en ocasiones puntuales.

El arte de hacer cerámica tampoco se ha quedado atrás. De hecho, además de espacios para aprender con un profesional, han surgido cafeterías que ofrecen la posibilidad de decorar piezas mientras tomas un café. Esta manualidad se ha convertido también en una opción original para despedidas de soltera. Este auge está motivado por la necesidad de desconectar, liberarse de la tecnología y trabajar la creatividad.

La creciente popularidad de la cerámica ha puesto de moda la fabricación casera de vajillas, cuencos, tazas o platos decorativos. Aunque estos objetos pueden resultar muy atractivos, no siempre son seguros para su uso en la cocina. Elena Monje, más conocida en redes sociales como @infarmarte, ha lanzado una advertencia a todos aquellos que practican esta actividad y utilizan en casa las piezas que ellos mismos diseñan o pintan: «Cuidado con las que van a estar destinadas a tocar alimentos o bebidas porque pueden estar intoxicándote».

El motivo del riesgo que suponen para la salud se encuentra en algunos esmaltes. En concreto, la profesional indica que hay ciertos tipos que contienen metales pesados, como el plomo o el cadmio. «Se usan estos metales porque dan colores intensos o acabados brillantes, pero el problema es que si no se cuece bien o si la pieza es muy porosa pueden migrar al alimento con el que esté en contacto», explica. Si esto ocurre, la farmacéutica indica que estos metales pesados se acumulan en el cuerpo con el tiempo.

El plomo por ejemplo es neurotóxico y puede afectar en el desarrollo de los niños. En el caso del cadmio, señala que se acumula en los riñones y puede ser cancerígeno. «Si haces cerámica para uso alimentario es importante que utilices esmaltes marcados como 'food safe' y que cuezas a la temperatura adecuada», remarca. Por ello, es preferible preguntar siempre a los profesionales del taller los componentes del esmalte antes de pintar la pieza.