Carrillo le dedica el gol a la afición. Vicente Vicéns / AGM

El Real Murcia apela a la heróica para agarrarse a la lucha por el 'playoff'

Fue peor que el colista, se quedó con un jugador menos durante más de media hora, pero ganó gracias a un penalti en el descuento que le deja a cinco puntos del quinto

Domingo, 31 de marzo 2024, 22:35

Era el mejor rival posible para acercarse a la zona alta de la tabla. El Granada B apenas había sumado tres puntos en sus catorce ... partidos lejos de casa y el Real Murcia tenía que ganar sí o sí. El resto de resultados de la jornada habían sido propicios para los murcianos ya que pese a la victoria del Ceuta, el nuevo gran enemigo, el 'playoff' se quedaría a cinco puntos en caso de victoria ante el filial nazarí. Y con ocho jornadas por delante.

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Pero aún así, el Real Murcia tuvo que apelar a la heróica y ganar sobre la bocina frente a un rival que mereció más y que se fue de vacío del Enrique Roca. Es lo único a lo que sabe agarrarse el equipo de Alfaro, que a falta de fútbol apela siempre al corazón para ganar. Es lo único que tiene por ahora. Ante el filial del Granada, un conjunto que acabó la jornada a 18 puntos de la salvación, fue un penalti en el descuento lo que le salvó, pero al menos le sirve para seguir vivo una semana más.

Real Murcia:

Manu García, José Ruiz, Marcos Mauro, Alberto González, Marc Baró (Carrión, 91), Sabit, Larrea, Isi Gómez (Tomás Pina, 45), Pedro León (Enol Coto, 58), Dani Vega y Amín (Carrillo, 65).

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Granada B:

Pol Tristán, Raúl Castro (Nils Mortimer, 91), Eu (Miki Bosch, 82), Diego López, Osei (Brau, 78), Clavijo, Juanma Lendínez, Mario Gozález, Pablo Sáenz (Carlos Pérez, 78), Rodelas y Julito Martínez (Adam, 78).

  • Gol: 1-0, min. 91, Carrillo, de penalti.

  • Árbitro: Romero Freixas, del comité catalán. Mostró amarilla a Larrea, Marc Baró, Sergio Rodelas, Sánez, Sabit, Alberto González, Raúl Castro, Carrillo y Juanma Lendínez. Expulsó a Larrea en el minuto 54 y a Diego López en el 96.

  • Incidencias: Enrique Roca, 8.114 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones.

La expulsión de Larrea no vale como excusa para justificar el mal juego grana ya que hasta el minuto 54, cuando el centrocampista vio la segunda amarilla, el Recreativo Granada fue mejor y mereció ir por delante en el marcador. Fue precisamente el punto de inflexión del partido, cuando la afición grana cambió los pitos por gritos de ánimo a su equipo, al que levantó y empujó hacia una victoria que acerca a los granas a cinco puntos del quinto puesto.

Un regalo para empezar

La principal sorpresa del once de Pablo Alfaro fue la suplencia de Carrillo, frustrado ante el gol, para dar entrada a Amín, un delantero más dinámico. Loren Burón, que se retiró con un fuerte golpe en la cadera del choque ante el Sanluqueño, no entró en la convocatoria y su puesto lo ocupó Pedro León, mientras que lo demás fue lo previsto, con Marcos Mauro ocupando el lugar de Rofino y la medular titular del último partido con Sabit, Larrea e Isi Gómez.

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La primera parte del Real Murcia fue lamentable y así se lo hizo ver la afición grana a su equipo cuando el colegiado decretó el final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Los de Pablo Alfaro tuvieron dos ocasiones claras de gol, pero no fue un bagaje suficiente para un equipo que se jugaba situarse a cinco puntos del 'playoff' y que ya conocía todos los resultados de la jornada. De hecho, el choque no tenía buena pinta, no iba a ser un paseo como muchos aficionados esperaban.

Amín no supo aprovechar un regalo de la defensa nazarí y estrelló su remate contra Pol Tristán, meta visitante, en el primer minuto de juego, una ocasión muy parecida a la que disfrutó Pedro León casi un cuarto de hora después. Pero el muleño no está en su mejor momento y estrelló su remate frente al portero visitante otra vez. Entre las dos ocasiones claras el equipo de Germán Crespo ya había demostrado maneras. Pablo Sáenz dejó algún detalle, igual que Raúl Castro y Julito Martínez, que avisaron por la banda derecha del ataque granadino. Eran futbolistas con mucha calidad pero les faltó veneno para matar al Murcia.

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Lo peor para los granas fue la siguiente media hora en la que no se podía distinguir quién era el colista y cuál la plantilla de tres millones y medio de euros que tenía una oportunidad de oro para aprovecharse de los resultados para hacer soñar a sus aficionados con el 'playoff'. Qué menos que ganar a un equipo que solo había sumado tres empates en catorce partidos lejos de casa y que está oficiosamente descendido desde hace semanas. Y menos mal que Ossei no llegó a un centro medido de Julito Martínez tras una buena acción de estrategia, que Juanma Lendínez no acertó en el remate en la ocasión más clara de los visitantes o que los disparos del propio Julito o Sergio Rodales no vieron portería ya que la bronca podía haber sido mucho peor. O el Murcia reaccionaba en la segunda mitad o habrían reproches y pitos al final del partido.

Isi Gómez, con problemas

Que Isi Gómez no está bien quedó demostrado con el cambio del madrileño por Tomás Pina en el descanso. El Murcia necesitaba más fútbol, mandar en el partido, no verse sometido por el colista de la categoría. Y nada más arrancar la segunda mitad un centro al área casi fue rematado por Amín, que se quejó de un posible agarrón. En la primera parte Dani Vega también había pedido penalti tras recibir una entrada de un defensa local dentro del área. Pero la mejora grana fue un espejismo.

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En los siguientes minutos el filial del Granada volvió a tomar el mando del partido y a generar peligro con varios centros laterales peligrosos. Hasta que a los nueve minutos de la reanudación Larrea vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez con treinta y cinco minutos por delante. Curiosamente la expulsión benefició al Murcia y metió a los aficionados granas en el partido, que comenzaron a protestar cada una de las decisiones del colegiado Romero Freixas. Enol Coto reemplazó a Pedro León y Carrillo a Amín. El Murcia, que solo tenía casta y coraje para poner sobre el césped, solo podía ganar el partido desde lo emocional, pero no en lo futbolístico ya que era muy inferior a su rival, el colista de la categoría.

Y así fue como se llevó los puntos el equipo grana, que apenas había disfrutado de acercamientos en el tramo final. Y la mayoría gracias a Marc Baró. Fue sobre la bocina y gracias a una picardía de Carrillo, que con el tiempo reglamentario ya consumido se adelantó a Diego López y fue derribado por el defensa nazarí, que pecó de inocencia. Romero Freixas pitó penalti y el propio Carrillo lo transformó en gol con un disparo duro que Pol Tristán llegó a tocar, aunque no pudo impedir que acabara en el fondo de las mallas. La grada, acostumbrada a sufrir con este equipo esta campaña, estalló de júbilo sabiendo que al menos su equipo va a seguir vivo algunas semanas más.

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