BORJA TORRAS
Sábado, 19 de noviembre 2016, 00:12
El Real Murcia se aproxima cada vez más al cambio de manos. La negociación que se está llevando a cabo en Madrid, adelantada ayer por 'La Verdad' entre Gonzalo Samper y Raúl Moro, principal inversor en la ampliación de capital, va por buen camino y la semana que viene podría definirse la forma definitivamente. Ambas partes están estudiando cuál es la mejor fórmula para llevar a cabo el cambio de propiedad sin incumplir ningún trámite burocrático.
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Las prisas por hacerse con el control del Real Murcia están principalmente en el grupo que gestiona Raúl Moro. Quieren tomar las riendas cuanto antes para ponerse a trabajar rápidamente en el mercado de invierno, ante las carencias que tiene el equipo en materia deportiva. Los próximos gestores saben de la importancia que tiene que el club pueda escalar posiciones y acabar ascendiendo de categoría esta temporada para los ingresos de la entidad, y así ir reduciendo deuda cuanto antes. Por eso el tiempo es oro y no están dispuestos a dejar pasar más días, después de tres meses de dura investigación para conocer todos los pormenores que supondría tomar el control de la entidad murcianista.
Hasta que el acuerdo para que Moro se convierta en máximo accionista del club sea total, el actual Consejo de Administración no va a reunirse para que los consejeros que ya han manifestado su intención de marcharse lo hagan definitivamente, y se pueda presentar un nuevo equipo de gobierno al frente del club.
Ahora mismo todas las miradas están puestas en la notaria María Pilar Berral Casas, que es con la que el presidente Guillermo Martínez Abarca firmó la ampliación de capital. Desde su finalización el pasado martes, la notaria dispone de cinco días para revisar los ingresos y hacer un informe pormenorizado con particulares y empresas que han suscrito acciones. Finalmente de los 5,1 millones con los que se lanzó, tan solo se han cubierto 565.000 euros, de los cuales 400.000 son de Raúl Moro, que los ingresó el último día. Cuando finalice ese estudio sobre la ampliación se conocerá el porcentaje exacto de acciones de que dispone el empresario cacereño, que estará rondando el 15% de las mismas, lo que le situará como segundo máximo accionista de la entidad. Aunque paralelamente esté negociando para ser el primero de forma inminente con la familia Samper.
El técnico ve la luz
Toda esta vorágine de acontecimientos institucionales no ha pasado desapercibida en el seno de la plantilla grana. Ayer su entrenador analizó cómo ve la llegada del nuevo inversor a la entidad: «Es una luz en esa oscuridad que se veía, sobre todo en el aspecto económico; ojalá venga a sumar», reconoció tras el cambio de rumbo que puede tener el club con su llegada, principalmente a la hora de afrontar la temporada con unas garantías presupuestarias que aporten tranquilidad institucional al área deportiva. La próxima llegada del nuevo grupo de gestores al club aporta un punto de incertidumbre ante lo que puede ocurrir con su futuro al frente del banquillo. Sobre esa incógnita explicó que «eso al final es para todos los empleados del club, porque desconocemos el proyecto, los verdaderos objetivos de ese nuevo inversor». Habrá que tener paciencia para esperar a que «lleguen y se asienten, y supongo que nos trasladarán entonces su proyecto y veremos si somos participes de él», añadió. Además, el entrenador fue protagonista en el último Consejo de Administración, al ser llamado para que explicase, al igual que el director deportivo, Guillermo Fernández Romo, la irregular marcha del equipo. «Es una reunión beneficiosa y que se debe hacer cada cierto tiempo, independientemente de cómo esté el equipo», aseguró.
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Lío por el campo
Por otro lado, el concejal de Deportes de Murcia, Felipe Coello, mostró ayer su indignación con la versión que ha dado el club sobre las condiciones de uso de la Nueva Condomina. El concejal envió a Víctor Alonso un borrador para empezar a trabajar sobre él y con el que le pidió expresamente confidencialidad para que no trascendiera a los medios esa documentación, ya que quería, una vez consensuado con el club, trasladárselo al resto de grupos políticos para su aprobación. Una petición que entiende que el club ha incumplido de manera rotunda.
Coello aseguró ayer a 'La Verdad' que el Real Murcia «miente» al explicar que es el club el que debe costear los gastos de luz, agua y limpieza porque el Consistorio les ha ofrecido en el documento «hacerse cargo de absolutamente todos los gastos del estadio». Al parecer una mala interpretación del documento ha podido ser el detonante del distanciamiento y el disgusto surgido por el club hacia el Ayuntamiento, ya que en él se habla de que el Real Murcia «deberá asumir los gastos de los suministros de energía eléctrica y agua derivados del uso de sus instalaciones», pero hace referencia a las oficinas que tiene el club en el interior del estadio, y no a la generalidad del estadio.
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El otro punto que más ha molestado en el club es el hecho de tocar la duración del convenio, estipulado en 2009 para los próximos 50 años, ya que el Ayuntamiento quería, como contraprestación a la aportación económica que iba a hacer, que se revisase «expresamente cada temporada deportiva» y eso impediría que el club lo usase para equilibrar las cuentas anuales con un valor de 35 millones de euros. Un aspecto que ambas partes quedaron en negociar cuando el club revisase el documento. Ahora, el club ya no va a mover ficha a la espera de que Moro tome el control y decida qué hacer al respecto con este asunto.
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