Aira dice adiós entre lágrimas, sin reproches y con algunas preguntas sin respuesta

Aira ha demostrado en su despedida ser un caballero. El técnico leonés leyó una carta en la que se acordó de todos los que han trabajado junto a él en los casi dos años que ha dirigido al equipo grana y no reprochó nada a los que han decidido su marcha. Se acordó del Chuti Molina, que apostó por él, y de Jesús Samper, al que llamó «su presidente» y del que recordó que siempre le apoyó en la derrota.

Además, el extécnico grana se marcha del Murcia sin reproches y agradeciendo el apoyo incondicional de los que han estado junto a él, desde los jardineros del club hasta Víctor Alonso, pasando por los médicos, preparadores, sus jugadores, la afición y sus ayudantes Óscar Sánchez y José Antonio Morga, momento en el que el exentrenador del Real Murcia no pudo contener las lágrimas y dejó brotar todas sus emociones. También se acordó de Miguel Albiol, al que consideró su segunda familia, y a Rocío, su esposa, a la que le agradeció que le apoyara para seguir dirigiendo al Murcia, pese al descenso administrativo a Segunda B. «Creo que es injusto, más allá de los resultados. Por el momento y todo lo que se ha hecho, no merecía este final y sí intentar conseguir el logro por el que habíamos trabajado. El objetivo marcado era estar entre los cuatro primeros y ascender», aseguró Aira ayer.

Mucho tiempo líderes

El leonés también comentó que «no pensaba que iba a ser destituido», que le ha dolido «el cómo, el cuándo y el porqué, y no entiendo ninguno de las tres» y «que nuestro mayor defecto ha sido rendir por encima de lo que la gente había esperado de nosotros e ir primero tanto tiempo. Fue nuestro pecado».