B. TORRAS / J. A. CALVO
Sábado, 2 de agosto 2014, 01:36
En la Federación de Peñas Murcianistas (Fepemur) no se podían creer ayer lo sucedido y reconocían sentirse engañados por las escasas declaraciones emitidas por Jesús Samper a lo largo de la última semana, en las que se limitó a expresar su «ligero optimismo» ante el recurso presentado. La gravedad del asunto les hizo movilizarse de inmediato y la directiva de la Fepemur se reunió ayer para empezar a trabajar en un plan de actuación que permita salvar al Real Murcia.
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La primera medida fue convocar una asamblea extraordinaria para el próximo lunes, a las 21.00 horas, en la sede de la Fepemur, con el fin de que los presidentes de todas las peñas analicen la situación y decidan las medidas a adoptar. Paralelamente, el presidente de la Fepemur, Miguel Martínez, quien destacó que «no hay quien soporte todo esto», solicitó una comparecencia pública de Jesús Samper para aclarar cuál es la situación, «para bien o para mal».
También destacó que había demandado una reunión urgente con Jesús Samper «donde sea» y otra cita tanto con el alcalde de Murcia como con el concejal de Deportes «para que manifiesten su apoyo sólido al Real Murcia y reconozcan su compromiso con el club por encima de cualquier otro de la Región de Murcia, merced a la historia centenaria de la entidad».
Al igual que hicieron unos 500 aficionados por el centro de Murcia el jueves, las peñas anuncian que se movilizarán la próxima semana para luchar por la salvación del club grana.
A algunos la situación actual les recuerda a la ya vivida en 1992 con el último descenso administrativo del equipo. El Real Murcia, club que en la temporada 1991-92 había finalizado la temporada en el 11º lugar de la Segunda (posición que no suponía descenso de categoría), no se convirtió en sociedad anónima deportiva en la fecha límite establecida por un Real Decreto que así lo regulaba, el 18 de junio de 1992. Tal incumplimiento provocó el descenso del club murcianista a Segunda B, ocupando su puesto en Segunda División el Sestao, equipo que había finalizado la citada temporada 1991-92 en el 17º puesto de esta última categoría.
El precedente inmediato
Si al final se confirma el descenso del Real Murcia a Segunda B, no sería el primero que se produce desde que Javier Tebas asumió la presidencia de la patronal futbolística e instauró la mano dura para todos aquellos clubes que no cumplieran con las exigencias económicas impuestas por la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
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Una situación parecida fue la que vivió el Guadalajara al final de la temporada 2012-13 cuando, tras varios avisos y advertencias desde la Liga de Fútbol, fue descendido de categoría por no cumplir los requisitos obligatorios para la ampliación de capital en su sociedad anónima. Entonces, paradojas del destino, precisamente el beneficiado por este descenso administrativo fue el Real Murcia, que había perdido el puesto en Segunda por clasificación deportiva y que pudo recuperarlo gracias a la sanción al Guadalajara.
Las supuestas irregularidades que llevaron a la LFP a descender al Guadalajara fueron detectadas por la comisión mixta entre la Liga y el Consejo Superior de Deportes. Dichas irregularidades se habrían producido en el mes de julio de 2012, cuando el club alcarreño se vio obligado por ley a realizar una ampliación de capital de 3 millones de euros que, una vez completada, habrían sido retirados del club, que se vio abocado irremediablemente al descenso.
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