Real Murcia

Una Navidad a un mundo de la cabeza y lejos del equipo de hace un año

Para los granas, las expectativas y la realidad a estas alturas de año en Primera Federación no se han correspondido, para bien y para mal. Ya han vivido la cara y la cruz. Y es que el curso pasado el equipo debutaba en una categoría creada poco antes, de más nivel que la conocida Segunda B. A pesar de la importancia de la centenaria entidad, las pretensiones del club o del brillo del retorno de Pedro León, el cuerpo técnico mostró un perfil prudente. Precisamente, con esa tranquilidad para ir dando pasos en una división desconocida, los de Simón, en el que era su segundo año en el banquillo, cerraron 2022 en la tercera posición. Ahora las cosas han resultado ser prácticamente opuestas. Después de un cambio de plantilla casi integral con el objetivo de dar un salto de calidad, un equipo más caro, que ya va por dos entrenadores, se ve en la 11º posición.

Se trata de una mala situación clasificatoria que también viene acompañada por una mala racha de resultados. Los ahora dirigidos por Pablo Alfaro dejaron el año con dos derrotas seguidas, una ante el líder Castellón, y sufriendo tres en los últimos cuatro partidos. En realidad, los problemas acompañaron al equipo desde el primer día con Gustavo Munúa y solo encontró soluciones temporales. En las últimas siete jornadas solo ha ganado un partido y ha perdido cuatro. Y tiene el 'playoff' a siete puntos de distancia. El ascenso directo lo tiene muy lejos.

Todo eso, tabla y estado de forma, era muy distinto hace 12 meses, cuando aquel equipo que iba en el tercer puesto goleó fuera de casa al Atlético Baleares por 0-3. Ese resultado tan redondo era la rúbrica de un equipo en línea ascendente. En contraposición a lo anteriormente comentado, el Murcia acumulaba entonces cuatro victorias en las últimas seis jornadas del año perdiendo únicamente, por la mínima, ante el Castellón en Castalia, también en ese momento líder.

Las diferencias también se constatan en los partidos jugados en casa. Tanto en esta como en la pasada temporada, el Murcia tuvo demasiados problemas a la hora de sacar adelante los compromisos en el Enrique Roca. Eso sí, en el caso del curso pasado el equipo consiguió formar una alianza con su propio estadio justo antes de estas fechas y logró tres victorias consecutivas que impulsaron a los murcianistas hacia ese final de 2022. Ahora es distinto. El equipo no ha conseguido protegerse como local haciendo de su estadio un fortín para sobrellevar los malos momentos. De hecho, ha evidenciado y agudizado sus problemas. Deja 2023 con dos encuentros perdidos seguidos como local y con más derrotas que triunfos. Es algo que dentro de una semana tendrá que empezar a cambiar cuando reanude la Liga recibiendo al Atlético de Madrid B.

De este modo, el Murcia pasará la Navidad de una manera bastante distinta en comparación al año pasado. Eso sí, esta vez en positivo, espera que la temporada también tenga un desenlace opuesto al del anterior equipo. Si los de Mario Simón fueron a menos en el tramo final de temporada y en el último momento se quedaron sin poder entrar en esas posiciones de 'playoff', el club espera tener el tiempo y el acierto para cambiar las cosas y acabar, en esta ocasión sí, entre los cinco primeros. Un objetivo asumible ahora sería un éxito. Por delante tiene el reto de cambiar un mal final de año por un buen final de temporada.