Javi Rueda celebra con Arnau Ortiz el gol contra la UD Logroñés. LOF
Primera Federación

Un Murcia sólido que mira al liderato

El equipo de Simón gana en Logroño, se coloca tercero y presenta su candidatura para pelear por estar en lo más alto de la tabla hasta el final

Domingo, 19 de febrero 2023, 20:40

La tarde del sábado y también la del domingo habían dibujado el escenario apropiado para que el Real Murcia se afianzara aún más en la parte alta de la clasificación. Los empates de la Sociedad Deportiva Logroñés y el Cornellá minutos antes del choque grana ... se unieron a los de la Real Sociedad B y el Barcelona Atlético veinticuatro horas antes. Cuatro rivales directos que no habían podido ganar sus partidos y que permitían a los de Simón, de ganar el suyo, regresar a la tercera plaza de la tabla y también sacar cinco puntos de ventaja sobre el sexto.

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UD Logroñés

Gonzalo (Álex Daza, 56), Emmanuel (Iker San Vicente, 45), David Fernández (Sergi López, 45), Arregi, Vergés, Markel (Zourdine, 79), Sierra, Carlos Ramos, Menudo, Carlos Doncel y Schutte (Vinicius Tanque, 70).

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Real Murcia

Joao Costa, Javi Rueda, Alberto González, Iñigo Piña, Arnau Solà (Alberto López, 61), Ale Galindo, Julio Gracia, Arnau Ortiz (Ganet, 76), Pedro León (Loren Burón, 88), Alfon (Dani Vega, 61) y Toril.

  • Gol: 0-1, min. 32, Arnau Ortiz.

  • Árbitro: Usón Rosel, del comité aragonés. Mostró amarilla a Ale Galindo, Emmanuel, Alfon, Markel, Carlos Ramos, Vergés, Arregui, Alberto López, Sergi López y Toril.

  • Incidencias: Las Gaunas, 4.000 espectadores, medio centenar llegados desde Murcia.

Una victoria necesaria que además confirmaría la teoría expuesta el pasado viernes en la sala de prensa por Mario Simón, cuando afirmó que la plantilla está al margen del ruido institucional en torno a la propiedad del club. Y quizás en parte por su profesionalidad el Murcia no falló y en su segunda visita a Las Gaunas en apenas tres semanas se llevó tres puntos que soldifican aún más su candidatura al ascenso. No fue la mejor tarde en lo futbolístico, pero ganó tirando de casta, calidad y oficio, aunque puede que con demasiada incertidumbre en el marcador para el gran número de ocasiones de las que dispuso. El Murcia vuelve a mirar al futuro con optimismo y consigue acercarse al momento decisivo de la temporada con las mejores sensaciones posibles.

Arranque dubitativo

El Real Murcia fue de menos a más en la primera parte. De hecho, los primeros acercamientos del partido fueron del Logroñés, que a los cuarenta segundos se aprovechó de una mala acción defensiva de Javi Rueda que acabó con un disparo de Sierra que atajó Costa. El equipo riojano era más incisivo e intenso que el cuadro grana, y a los ocho minutos tuvo la segunda oportunidad con un remate de Doncel desde la frontal. Parecía que era cuestión de tiempo que llegaran los problemas para los murcianos ya que Vergés, el lateral izquierdo, también se acercaba al área visitante.

Hasta que el equipo de Simón despertó y comenzó a estirarse y mejorar sus prestaciones. Habían pasado quince minutos en los que el Logroñés había mandado pero no había podido con un Murcia demasiado espeso. Con Toril y Arnau Ortiz peleando arriba por cada balón, los granas comenzaron a respirar y a generar ocasiones de gol. El equipo de Natxo González había conseguido desactivar al centro del campo grana, pero no a sus hombres de arriba.

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Arnau Ortiz, el mejor grana de la primera mitad, pecó de egoísta en un contragolpe en el que el atacante propiedad del Girona no vio a Javi Rueda, que entraba solo por la derecha, ni tampoco a Toril y Pedro León, que lo acompañaban en la acción. Hasta que al fin llegó la primera gran ocasión fruto de una carrera en solitario de Pedro León que, tras entrar en el área, acabó con un disparo desviado del muleño tras un empujón de Vergés. Una acción que debió ser penalti.

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Pero el Murcia ya estaba embalado y solo unos minutos más tarde, en una gran finalización de Arnau Ortiz, logró ponerse por delante en el marcador. El joven atacante, a pase de Toril, tuvo la sangre fría para driblar a Arregi dentro del área y batir después a Gonzalo con un disparo raso. Ortiz se llevó el premio al atacante más insistente y problemático para los defensores riojanos. Un futbolista siempre rentable que juega demasiado poco vista su efectividad.

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El equipo local estaba tocado, en lo anímico y en lo futbolístico, ante un Real Murcia que seguía creciendo y que, de ser más constante, hubiera hecho el segundo gol. De hecho, antes del descanso Toril remató de cabeza un centro de Pedro León desde la derecha, mientras que antes del pitido final el propio jugador muleño remató a puerta tras pase de Arnau Ortiz. Parecía cuestión de tiempo.

Cambio de guion

Pero en la segunda mitad el Logroñés poderoso, el del empresario Félix Revuelta, volvió a saltar al césped de Las Gaunas dispuesto a cambiar la dirección del partido. Fue solo un ataque de orgullo. Natxo González, entrenador local, hizo dos cambios llamativos sentando a dos defensores más experimentados por dos jóvenes más efusivos. El equipo riojano necesitaba ganar y contagiar a una afición que solo había disfrutado de una victoria en once partidos y que comenzó a cargar contra el técnico y la directiva local.

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Por eso se volcó sobre la portería de Joao Costa y embotelló al Murcia durante unos minutos. Tras un primer remate mal ejecutado por Alfon tras centro de Toril, llegó el disparo de Sergi López y la primera gran intervención del meta portugués del Murcia. Unos minutos más tarde fue Carlos Ramos el que probó a Costa con una falta centrada, pero tampoco pudo sobrepasarle. Un minuto más tarde el misil fue de Menudo, pero otra vez el Logroñés se topó con el portero visitante.

El Real Murcia había perdido el control del juego y necesitaba más control en el centro del campo donde Julio Gracia y Ale Galindo no bastaban para frenar las embestidas rojiblancas. Por eso Mario Simón tiró de Ganet, que había sido suplente por segunda semana consecutiva. Además, y gracias a los futbolistas más experimentados como Iñigo Piña, el Murcia comenzó a dejar pasar el tiempo.

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Aún así también pudo sentenciar el choque sin la necesidad de sufrir tanto. Sobre todo si Dani Vega se hubiera mostrado menos egoísta en un contragolpe en el que no vio a otros compañeros que lo acompañaban en la acción, y más acertado en un mano a mano posterior en el que estrelló su remate contra el cuerpo de Daza, que impidió una victoria grana más holgada pero no que el murcianismo siga ilusionado con otro final de curso ilusionante.

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