Un Murcia poco Campeador

El Cid se ganó el título de Campeador en Calahorra, cuando el Rey Sancho le eligió como paladín para enfrentarse al gigante Jimeno Garcés, Conde de Lizarra, para dirimir en lo que se llamaba una ordalía el destino de Calahorra. Tras un durísimo combate, el Cid derrotó al hasta entonces invicto Conde. Pasando Calahorra desde ese momento a la Corona de Castilla.

Después de la pretemporada, todo estaba preparado en el Enrique Roca para que el Murcia saliera Campeador. Pero un desconocido Real defraudó un poco las expectativas que en torno a él, y con razón, se habían generado. Es verdad, que el Murcia de este año tiene mucha pegada, como lo demuestra que sin hacer mucho, en la primera parte bien pudo haberse ido al descanso con algún gol en el marcador, ya que tuvo dos palos y una magnífica intervención del portero rival. Pero no es menos cierto, que el centro del campo estuvo un poco espeso, y el balón no terminaba de circular con fluidez. Puesto todo en una balanza, al descanso las sensaciones eran buenas. Parecía que a poco que el equipo apretara y metiera al terreno de juego a Ganet y a Miku por unos desdibujados Aguza y sobre todo, Arnau Ortiz, todo se iba a arreglar. Y es verdad que Simón hizo estos dos cambios, quizás un poco tarde. Pero no es menos cierto, que para ser honestos, la segunda parte a los puntos fue para el Calahorra. Que presionó muy bien la salida de balón del Real Murcia, consiguiendo ahogarlo por momentos, y que incluso tuvo una ocasión clarísima.

Mención aparte merece el arbitraje, que sin influir en el resultado, desquició a los jugadores granas, con un sin fin de tarjetas en un partido casi de guante blanco. Como una inexistente falta pitada a Ganet cuando tras un eslalon, se marchaban dos contra uno hacia la portería rival. La jugada acabó, ¿cómo no?, con la enésima tarjeta para el internacional guineano. En definitiva, me quedo con la pegada, con la buena pretemporada, y con las, por momentos, buenas sensaciones de la primera parte, Aunque el primer partido en la Nueva Condomina ante casi 10.000 personas, puede llegar a pesar un poco. Tranquilidad.