El Murcia evita el naufragio al final

El cuadro grana se mostró nervioso, impreciso, atascado y precipitado, y solo el ataque de orgullo final hizo concebir esperanzas a los aficionados granas, que mostraron su desaprobación por primra vez esta temporada. Al menos, tras nueve jornadas, todavía tiene tiempo de rectificar para escalar posiciones antes de que sea demasiado tarde. Además, los empates de Granada B, Intercity, Hércules y Águilas le permite situarse séptimo, a un punto del 'playoff', y con tiempo aún para enderezar el rumbo.

Mario Simón, tras cosechar tres empates seguidos, decidió hacer cambios de esquema y de once. Iván Casado, lesionado en Socuéllamos, volvió al equipo inicial, igual que Carrasco, que no fue titular en Valencia ante el Levante Atlético por decisión técnica. Con los laterales Mario Sánchez e Iván Casado sobre el césped, además de Armando, Julio Gracia y Pablo Ganet, el manchego tiró de inicio con un 3-5-2, apostando por tres centrales y dos carrileros. Fue una propuesta novedosa.

Pero no le fue bien al equipo grana ya que El Ejido le pasó por encima en los primeros cuarenta y cinco minutos por intensidad y por fútbol. A los dos minutos de juego Iván Casado evitó el remate de Sergio. Dos minutos más tarde Athuman se cargó con una amarilla y la tarde se empezó a torcer para los granas. Hasta el exgrana Adán Gurdiel se probó con un disparo lejano que atrapó Serna.

El Murcia no consiguió estirarse hasta los siete minutos de juego para reclamar un penalti por una caída de Dani García dentro del área almeriense. Lucho iba agarrando al atacante grana desde fuera del área pero éste también hizo mucho por irse al suelo. El colegiado no pitó y se echó al público encima. El equipo grana parecía estabilizarse, pero minutos después cometió un fallo coral en defensa que le costó el gol. Fallaron los centrales granas y Lucho, tras el toque de cabeza de su compañero Sergio, hizo el 0-1 en el área pequeña.

El equipo grana buscó el gol a balón parado por medio de Athuman y reaccionó levemente, pero cada vez se mostraba más nervioso. Fueron solo unos minutos de fútbol rápido y llegadas por las bandas, pero fue solo un espejismo. Cada vez su juego era más lento y pesado, y para colmo Julio Gracia, el mejor hasta el momento, se tuvo que retirar lesionado. La marcha del sevillano le daba otra oportunidad a Javi Saura, errático hasta el momento en sus otras apariciones.

El Murcia jugaba a ráfagas, con poca cabeza y organización, pero El Ejido estaba cómodo. De hecho, coincidiendo con los primeros pitos en contra del juego grana Sergio mandó un disparo al palo tras otro fallo colectivo de la defensa y el centro del campo local. El Murcia era un manojo de nervios. El equipo grana necesitaba dar un giro al partido y a la situación para buscar el empate, al menos, en un partido en el que todo le había salido mal.

Simón tiró de Boris y Juan Fernández para la segunda parte a la vez que sentó a Athuman, con amarilla, y a un Pablo Ganet que fue la gran decepción de la primera parte. Y el Murcia mostró más intención. Hasta Juan Fernández remató flojo un buen centro de Armando. Pero el equipo grana mostraba la misma torpeza que en la primera mitad y seguía encorsetado.

Los de Juan Francisco Alcoy, y a pesar de que solo habían ganado un partido hasta aterrizar en el Enrique Roca, dominaba el choque sin arriesgar nada. Javi Saura se mostraba improductivo y además ralentizaba el juego grana más todavía. Jugó para atrás, nunca hacia adelante. El Murcia se derrumbaba poco a poco y solo una buena jugada de Juan Fernández y Carrasco originó el remate del delantero grana que atajó Godino. Al menos, tenía pulso.

Pero el Murcia no despegaba y su partido era un desastre del que no se libraba nadie. Un ejercicio de impotencia. Ni los centrales, que siempre habían mostrado un gran nivel competitivo, no sabían a quién darle el balón para iniciar el juego. Y es que el equipo grana se empeñaba una y otra vez en salir desde atrás con el balón jugado y no hacía nada más que cargar su estadística de balones perdidos.

Hasta que un ataque de coraje y orgullo de Mario Sánchez por la banda derecha propició una jugada que remató a puerta Pablo Haro, que acababa de saltar al campo. El gol dio ánimos a los futbolistas del Murcia, pero aún así les faltó fútbol e ideas claras en el tramo final para agarrar algo más que un empate en un partido en el que lo hizo casi todo mal pero en el que al menos rescató un punto que le permite no distanciarse demasiado de la zona alta de la clasificación.

Por eso no se libró de la pitada de sus propios aficionados al final del partido, que también cargaron contra el colegiado. El Murcia, que la próxima semana visita a La Nucía, líder de la clasificación, se medirá después al Eldense y el Hércules, sin duda tres partidos que marcarán el futuro del conjunto grana en una competición en la que no puede fallar y resquebrajar aún más el corazón de los aficionados granas, harta ya de tanto sufrir.