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El Murcia no pudo con el Pulpileño, aunque se dejó el alma en el campo de San Miguel. No fue una cuestión de actitud ... y sí de haber entendido mejor lo que requería el partido. El empate ante un rival tan necesitado y en un terreno de juego de hierba artificial hubiera sido bueno en otras circunstancias, pero no ahora, tras dejar escapar dos puntos en casa ante el Socuéllamos hace una semana. Por eso el equipo de Mario Simón se mostró, a veces, precipitado y agitado, ansioso por recuperar el terreno perdido hace dos semanas y no fue un equipo con las ideas claras.
PULPILEÑO
Héctor Pizana, Nacho Ruiz, Fer Rubio, David Segura, Barrenetxea (Juanje, 71), Casi, Juanra, David Ardil, Andrés García (Juanje, 60), Cristian Moreno y Borja García.
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REAL MURCIA
Gallego, Mario Sánchez, Pedreño (Ángel García, 78), Alberto González, Alberto López, Athuman (Armando, 62), Julio Gracia, Ganet, Juan Fernández (Santi Jara, 62), Pablo Haro (Drenthe, 78) y Carrasco.
Árbitro: Aranda Delgado, andaluz. Mostró amarilla a Juanra, Andrés García, Athuman, Manu Pedreño, Rubén Primo y Juan Fernández.
Incidencias: San Miguel, 1.500 aficionados, 300 de ellos murcianistas.
El Murcia ya siente la presión y sabe que no puede fallar en el tramo final de la temporada. Lo de Pulpí fue una nueva decepción a pesar de que los granas suman doce jornadas sin perder, aunque al menos el equipo murciano puede hacer uso de su ventaja sobre los equipos que le persiguen en la clasificación mientras que recupera el institinto asesino, el olfato goleador.
La alineación de Mario Simón en el San Miguel de Pulpí fue llamativa y cargada de novedades. Para empezar, Miguel Serna, el portero titular grana durante toda la temporada, fue baja por una dolencia en el codo y dejó su puesto bajo los palos al debutante Gallego. Igual que Boris Kouassi, que también sufrió durante la semana molestias en el muslo. Además, Santi Jara, que parecía titular indiscutible hasta ayer, se quedó en el banquillo de inicio. El once inicial grana, con el que quedó patente que Mario Simón no se cansa con nadie, además presentó otra gran novedad; Armando se quedaba en el banco y dejaba su sitio y dejaba su puesto a Ganet, que volvía a ser titular por primera vez tras vuelta de la Copa de África.
En el cuadro almeriense la presencia de exmurcianistas como David Segura y Juanra, además de muchos murcianos como Casi, Ardil y el técnico Sebas López, daba temperatura a un choque con aire de derbi que arrancó con la afición grana dando otra lección de fidelidad a sus colores en la cuarta categoría del fútbol español con otro desplazamiento masivo para apoyar de cerca a los jugadores de Mario Simón.
El Real Murcia intentó mandar desde el primer minuto. Y lo hizo queriendo el balón y sin abusar del juego en largo que quizás requería el césped artificial del San Miguel de Pulpí. El dominio generó que Carrasco, en una gran jugada en la que demostró su visión de juego, dejara solo con su pase a Pablo Haro delante de Pizana, portero local, aunque el colegiado anuló la jugada por presunta falta más que dudosa del '9' grana.
Los granas intentaban mover el balón para descolocar a un Pulpileño bien plantado en el campo, aunque la primera gran ocasión del choque fue para el equipo de Sebas López, que pudo hacer el 1-0 tras un centro de Ardil que cabeceó Casi a la escuadra de la portería grana. Pero Gallego, pese a que disfrutaba de sus primeros minutos como titular en el Real Murcia, voló y sacó el balón con la mano derecha cuando ya entraba a la red. El portero murciano, además, despejó de puños el córner posterior botado por Moreno que se colaba en la meta grana.
Pero el Murcia, pese a las ocasiones en contra, seguía mostrando una imagen de equipo con jerarquía, que quería seguir mandando con un Julio Gracia en gran un estado de forma y un Ganet que iba tomando forma con el pase de los minutos. Precisamente fue el sevillano el que, con un gran pase, sirvió un balón a Carrasco para que el delantero grana se probara con un disparo cruzado que detuvo Pizana. El equipo grana, eso sí, debía tener cuidado con las jugadas a balón parado, como la que provocó una falta innecesaria de Juan Fernández que desembocó en un remate peligroso de Fer Rubio, centrocampista local.
El primer tiempo terminó con un Murcia aguerrido, que incluso vio como el colegiado del choque le anulaba, tras una gran jugada colectiva, un gol de cabeza de Carrasco.Los granas también se probaron con un disparo lejano de Julio Gracia que no sorprendió a Pizana.
En la segunda mitad el Murcia impuso de inicio un ritmo vertiginoso. De hecho dispuso de dos grandes ocasiones de forma consecutiva a través de disparos envenenados, el primero de Julio Gracia y el segundo de Juan Fernando. El equipo de Mario Simón salió aleccionado del vestuario, buscando disparar a puerta a las primeras de cambio, sin pensarlo dos veces.
Conforme pasaron los minutos el Pulpileño también se estiró y dispuso de ocasiones para ganar, sobre todo un disparo lejano de Borja García y un remate de cabeza de Barrenetxea que se convirtió en la acción ofensiva más clara de los locales, aunque el ex del Águilas mandó el balón fuera cuando tenía toda la portería para él. Así hasta que en los últimos minutos el duelo se convirtió en un ida y vuelta, en un partido caliente que significó el tercer empate consecutivo para un Real Murcia que tiene crédito y el granero lleno, pero que no se puede despistar si quiere ascender.
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