José Ruiz (Picassent, Valencia, 33 años) es un futbolista humilde, pero con una confianza a prueba de bombas. De los que gustan a los aficionados ... por su implicación y derroche en cada partido. No es un jugador glamuroso, pero sí comprometido y profesional. En el Real Murcia vive su tercera etapa, aunque ahora se ha encontrado un club diferente, con grandes perspectivas de futuro tras la llegada de Felipe Moreno. Acaba contrato el próximo 30 de junio, aunque no le importaría seguir siendo grana.
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–¿Es un currante del fútbol?
–Sí, y me gusta, entiendo cuáles son mis fortalezas y mis debilidades; intento darlo todo al equipo. Ya dije que vine al Real Murcia a aportar mi grano de arena. Lo he aprendido durante mi carrera: si todos aportamos, mucho mejor.
–Tiene pinta de que nadie le ha regalado nada en el fútbol.
–Me ha costado mucho ser futbolista profesional. He estado en muchos equipos, con muchas idas y vueltas. Es complicado; nunca he pisado la Segunda. Siempre he sido un buscavidas. En el fútbol hay que estar en el sitio justo en el momento adecuado.
–Siempre con la maleta a cuestas.
–Hoy en día estar seis o siete años en el mismo equipo es muy difícil. Y más en una categoría como Segunda B y Primera Federación.Conseguirlo tiene mérito.
–Usted, de hecho, ha jugado en nueve equipos diferentes, ¿dónde está su domicilio habitual?
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–En Madrid, que es donde conocí a mi mujer. Ella me ha acompañado a todos los lados, pero nos comprometimos para siempre volver allí, a nuestro refugio. Me formé en el Valencia pero siendo juvenil ya me fui a la Penya Deportiva de Ibiza. Desde entonces, he estado fuera de casa. Después estuve en Zaragoza, Gandía, Getafe y muchos más lugares. Todos esos años de vivencias me han enseñado muchas cosas. He estado en el barro, pero también en sitios muy buenos como Murcia o Córdoba.
–Mover a la familia constantemente debe ser lo peor de todo.
–Sí. Por ejemplo, mi hija ya es mayor, tiene nueve años, y va dejando amigos. Cambiar de equipo es una decisión que ya no tomo yo solo, también es consensuada con mi mujer y con mi hija mayor.
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–Cuando regresó este verano al Real Murcia parecía que iba a ser suplente, pero tras 27 jornadas de liga ya es indiscutible.
–Puede haber algunos futbolistas más titulares que otros cuando empieza la temporada, pero lo importante es la pretemporada y el entrenamiento diario, ahí es donde te ganas el puesto. Es el trabajo; puede haber compañeros que vengan de categoría superior o que tengan una proyección increíble, pero si te esfuerzas en el día a día y sabes lo que quiere el entrenador, seguro que puedes tener tu premio.
–Usted, en lo personal, parece estar mejor que el equipo, a pesar de que en diciembre le han traído competencia de nivel.
–Me siento muy bien, aunque esto es un equipo y es lo importante. Prefiero que a mí me vaya peor y que al equipo le vaya mejor. He aprendido, con los años, que el fútbol es un deporte colectivo y que si el conjunto va bien, personalmente te va bien. El entrenador pondrá al que él piense que está mejor. Si me toca a mí estaré encantado, y si juega Enol Coto estaré igual de encantado e intentaré ayudarle a que mejore. Le deseo toda la suerte posible.
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–¿Cuál ha sido el problema del Real Murcia esta temporada?
–Hemos sido muy irregulares desde el principio; hemos tenido partidos muy buenos y la semana siguiente hemos parecido otro equipo. Esta semana hemos hablado mucho de las desconexiones, de que en los diez o quince primeros minutos hay que mandar un mensaje al rival de que estamos aquí, de que vamos a ser duros y competitivos.
–Hace dos semanas se metió a la afición en el bolsillo con unos minutos finales ante el Recreativo que se hicieron virales.
–Cuando estoy en el campo tengo muy claro lo que quiero y aquel día quería ganar, sí o sí. Si para eso tengo que montar una tangana, lo hago. Soy tan competitivo que hago cualquier cosa para ganar; ojalá hubiéramos ido tres a cero y no hubiera hecho falta. En ese momento, con 1-0 y uno menos, no lo pensé, aunque no sea del agrado de mucha gente.
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–Su afición le aclamó, pero seguramente los rivales le odian.
–En el momento los rivales están calientes y les molesta, pero muchos me dicen después que ellos harían lo mismo. Aquel día se generó una energía positiva en nuestro equipo y nos salió bien.
–Eso le puede haber generado una fama de violento.
–Esa fama ya no me la quito. Pero no tengo redes sociales y apenas leo la prensa, solo lo que me pasan amigos o familiares. Pero no me preocupa nada. Estas categorías son la guerra, aquí nadie te deja jugar, no se regala nada. El ser duro es ir fuerte al balón y chocar, pero no voy con maldad ni con la intención de hacer daño a nadie. No soy violento.
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–Uno de sus defectos, precisamente, es que ve muchas tarjetas en cada temporada.
–Mis tarjetas son por faltas y protestar. y no por montar peleas. Es un aspecto que me cuesta; dentro del campo hago 'click' y soy así. Me cuesta no hacerle comentarios al árbitro y sé que tengo que mejorar. Cuando empiezo el año me propongo no ver tarjetas por protestar, pero cuando entro al campo me caliento. Soy así.
–Dicen que usted, fuera del campo, es una persona muy tranquila y accesibles.
–Fuera soy una persona muy normal y tranquila. Mi mujer me dice que demasiado. Tengo dos niños que llevo al colegio, los recojo y me relaciono mucho con la gente. Soy un padre como cualquier otro.
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–¿Cuánto tiempo piensa quedarse en el Real Murcia?
–De momento hasta el 30 de junio. No miro mucho más allá. Mi mujer y yo no pensamos en lo que va a pasar. Tenemos que vivir la vida y lo que tenga que venir, vendrá. Tenemos que aprovechar el momento actual y disfrutarlo al máximo.
–Y la edad, ¿cómo la lleva?
–En lo único que lo noto es en que me cuesta recuperar un poco más. Me cuido mucho, todo lo que me dejan los niños, pero estoy perfecto para jugar varias temporadas más.
–¿Le gustaría que su hijo fuera futbolista, como usted?
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–Si soy sincero, prefiero que no. Quiero que estudie, que tenga las ideas muy claras y que no se aleje de nosotros desde muy joven. Yo no me fui de casa hasta que tenía casi 18 años, tuve suerte. Me parece una locura que jóvenes con 12 o 13 años se alejen del hogar.
José Ruiz cumple su tercera etapa como futbolista grana. La primera arrancó en 2015, justo después de la muerte de Samper: «En las dos primeras temporadas jugamos 'playoff'. Fueron tiempos duros para el club, pero pese a todo fue una gran experiencia. Jugaba y estaba a gusto. Familiarmente estábamos muy bien», recuerda el futbolista valenciano.
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Tras una campaña en el Baleares regresó al club grana atraído por los cantos de sirena de Toni Hernández y los Gálvez, pero todo salió mal: «Fue complicado a nivel personal. Lo que más odio son las mentiras, y encima a la cara. Estaba dolido. El año deportivo fue complicado por lo económico, nos dejaban grandes retrasos y la situación es complicada si tienes familia, hijos y compromisos. Lo mejor fue que la gente se volcó con nosotros, nos ayudó mucho».
El verano pasado comenzó su tercera etapa y encontró al Murcia «totalmente cambiado. Hay gente seria, con un presidente solvente. En el día a día se nota mucho», señala.
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