Raúl Moro da una rueda de prensa a las puertas del estadio, y Mauricio de la Vega abandona poco después las oficinas. Javier Carrión / AGM

Guerra inoportuna en un Real Murcia en llamas

El Consejo apuesta por la mediación para resolver un conflicto entre Moro y De la Vega que se recrudece. El extremeño dice que el Murcia es suyo y que la firma Gálvez Brothers pagará las nóminas; el mexicano guarda silencio y pretende continuar con su plan para salvar al club

José Otón

Murcia

Miércoles, 14 de marzo 2018, 03:33

Verbena, circo, esperpento y disparate. Son algunas de las expresiones con las que los aficionados granas, ya sea a través de las redes sociales o a pie de campo en Cobatillas, han utilizado para definir la actual situación del club grana. Y es que ayer, después de que en la jornada del lunes Raúl Moro acudiera a la notaría para rescindir de forma unilateral su contrato con García de la Vega y organizar por la noche un Consejo de Administración de urgencia, el extremeño se presentó ante los medios, anunció que ha encontrado un grupo de empresarios dispuestos a pagar las nóminas y que hoy volverá a desaparecer del horizonte grana. Ha sido su respuesta al acto previo de García de la Vega, que ejecutó una opción de compra del club existente en el contrato de alquiler que firmaron los dos protagonistas en diciembre de 2016 y que parecen haber entendido de forma diferente.

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El Real Murcia es ahora mismo un volcán en erupción que ha hecho que el Consejo de Administración, que hasta el pasado lunes era consultivo, haya pasado a ser ejecutivo. O lo que es lo mismo: antes Deseado Flores y posteriormente García de la Vega decidían sobre cualquier asunto a resolver en el club, desde comprar un paquete de folios a cerrar un fichaje. Ahora todo tiene que pasar por un órgano de dirección que forman Miguel Martínez, Deseado Flores, Raúl Moro, Gabriel Torregrosa y Juan Merino, en el que ninguno de ellos tiene la mayoría. Por lo tanto es el Consejo el que gobierna desde ahora el club de forma efectiva hasta la Junta del próximo 11 de abril en la que se debe nombrar un nuevo Consejo de Administración.

Eso sí, para que la próxima Junta sea efectiva y se puedan aprobar las cuentas de la entidad es necesario que la guerra Moro-García de la Vega esté solucionada. La mayoría del Consejo entiende que antes de esa fecha los dos litigantes tienen que llegar a un acuerdo y la mejor forma, más allá de acudir a los tribunales, es someterse a una mediación y arbitraje para resolver quién tiene la razón. Es una solución rápida y barata, en la que el órgano a resolver puede ser cualquiera, desde la Cámara de Comercio al decano de un colegio de abogados. Si el extremeño y el mexicano optan por la vía judicial, ambos podrían acudir al Juzgado de Primera Instancia y solicitar una medida cautelar que asegurase sus derechos, aunque esta vía abriría un largo proceso que podría durar años y que sería perjudicial para la institución grana.

Los protagonistas

  • Mauricio García de la Vega Empresario mexicano. Puede acudir al Juzgado de Primera Instancia y solicitar una medida cautelar, pero por ahora prefiere esperar. Insiste en que la compra fue legal y que fue Moro el que rescindió el contrato sin su consentimiento

  • Raúl Moro Expresidente del Real Murcia. «He vuelto porque había una situación que subsanar y lo primero es el Murcia, pero no voy a quedarme». «La gestión es cosa del Consejo, pero Gálvez Brothers conoce la situación y va a pagar»

Situaciones como la de ayer, con Raúl Moro dando una rueda de prensa en la explanada del estadio, y la de una noche antes, con un Consejo que terminó a las doce de la noche con los guardias de seguridad en la puerta, no favorecen la imagen de un club que se está jugando el ascenso de categoría y que necesita de estabilidad institucional para resolver sus grandes problemas, entre los que se encuentran la deuda con Hacienda y la Seguridad Social.

Moro quiso explicar ayer de quién es el Murcia, según su versión: «El Murcia es de Corporación Emerita Augusta (su empresa) y de los aficionados. Quien está haciendo las declaraciones es Raúl Moro a nivel personal, por eso comparezco fuera del estadio», aseguró. El extremeño explicó el porqué de su actuación: «Ante la situación que me encontré la semana pasada en la que Mauricio ejecutó la opción de compra a pesar de que no se cumplían los requisitos, decidí rescindir el contrato. Me he reunido con un grupo de empresarios de la Región de Murcia liderados por el grupo Gálvez Brothers y ya se ha hecho el pago de una nómina a los jugadores y también a los empleados. Antes de la Junta del 11 de abril intentará que los jugadores estén al corriente. No he venido para quedarme, me voy. He venido porque había una situación que subsanar y lo primero es el club», una declaración que contrasta con la situación que dejó el extremeño tras salir en diciembre, con dos nóminas pendientes a la primera plantilla y empleados, y alguna más a los jugadores del filial.

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Al día antes del 11 de abril

Después de lo de ayer, las incógnitas alrededor del Real Murcia se han multiplicado, ya que falta por saber cómo será la llegada de este grupo de empresarios. «Han pagado una nómina a los jugadores y los empleados y en los próximos días irán regularizando la situación de los jugadores. Van a pagar todas las nóminas. La gestión será cosa del Consejo. Lo importante es que el Real Murcia salga adelante; se van a seguir pagando nóminas», afirmó, en un discurso excesivamente prefabricado y en el que se negó a hablar de la ruptura con García de la Vega, dado que «existe un acuerdo de confidencialidad que no me permite comentarla».

Moro aprovechó el acto de ayer, que organizó Pedro Contreras, en teoría defenestrado días antes por el gestor mexicano, para reivindicar su figura: «En las cuentas del día 11 se verá si he venido a poner dinero o no. He vuelto porque había una situación anómala. Ya me fui en diciembre y volveré a irme mañana (por hoy)». Cabe recordar que la situación económica en la que se encuentra el club ha sido generada por el propio Moro, que el pasado mes de agosto se comprometió a hacerse cargo del millonario presupuesto diseñado por Deseado Flores, cuyos gastos estaban muy por encima de los ingresos previstos. Y cabe recordar que los primeros problemas económicos de la temporada aparecieron en el mes de octubre de 2017, solo dos meses después de que arrancara la campaña 2017-18.

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El grupo Gálvez Brothers, que tiene que demostrar que su implicación con Raúl Moro no es solo para el pago de una nómina, posee un palco privado en la Nueva Condomina desde el pasado mes de octubre. «Conocen la situación del Murcia y son empresarios de la zona que en breve se pondrán en contacto con la persona que corresponda», asegura Moro.

Mauricio García de la Vega no quiere cometer ningún error y permanece en un segundo plano. El gestor mexicano, que desde hace semanas vive en uno de los apartamentos que hay enfrente de la Nueva Condomina, no renuncia al trabajo ya realizado ni tampoco a sus acciones del club grana y afirma que todo lo que ha hecho es legal. En la mañana de ayer se acercó a las oficinas de la Nueva Condomina aunque, con el nuevo papel del Consejo y hasta que no se resuelva su litigio con Moro, no podrá volver a gestionar la entidad. Tampoco Moro, que no podrá ejercer de jefe hasta que no se resuelva este asunto.

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