La grada conduce al 1-0 a un Real Murcia que concede el empate

Bastante culpa de los problemas de los de Alfaro también la tuvo el Mérida durante muchos minutos del encuentro. Ya salvado, demostró que llegó a Murcia a competir. Apenas cambió respecto al partido que le dio la permanencia la semana pasada, que ganó por 3-0. De hecho, recuperó a Acosta y al exgrana Sandoval. Un once inicial reconocible con Beneit siendo el acompañante de Chuma, el '9'. Y el comportamiento del equipo siguió esa línea. Los de David Rocha se mostraron organizados y defendieron bien el área. Además, fueron variando la altura de su bloque, con un 4-4-2. Presionaban alto en los reinicios de juego como los saques de puerta, por ejemplo, pero sus repliegues eran eficaces y rápidos. También jugaron con los tiempos.

Los malos síntomas en el juego durante el primer tiempo tuvieron respuesta desde el banquillo con las entradas de Isi Gómez, el mejor centrocampista de la plantilla, y Pedro León, el capitán y que mucho tiempo después volvió a la banda derecha. El primero se mostró participativo para intentar dinamizar el juego, pero los cambios no terminaban de hacer efecto. Por otro lado, Dani Vega es capaz de rendir en ambas bandas, pero su paso a la izquierda pareció que reducía su influencia. Los minutos corrían y el resultado apretaba. Alfaro dio otro paso más con la inclusión de Amin para actuar con dos puntas, pasando del 4-3-3 al 4-4-2. En un día en el que el juego combinativo no terminaba de fluir, otra opción era tener más presencia en el área para llegar también de modo más directo.

Al final, fue el propio Pedro León el que puso el centro a Carrillo para romper el empate en el marcador. Pero tan importante o más que los jugadores fue la grada, que como en otras ocasiones esta temporada fue el jugador número 12. Tras un disparo de Sandoval con peligro, los aficionados animaron a los suyos y rugieron en un córner a favor. La energía del partido ya estaba cambiando. Fue un subidón anímico y mezclado con las modificaciones en el equipo llegó el impulso necesario para aumentar su presencia ofensiva y acosar a su rival hasta acertar con el 1-0.

Tuvo que ser precisamente una concesión defensiva lo que le costó el 'playoff' al Murcia. Los granas habían asentado una remontada de meses en su excelente rendimiento atrás, por intensidad y organización. El resultado era que apenas concedían nada a los rivales y ya llevaban 21 porterías a cero con muchas victorias por la mínima. Por eso, con el 1-0 parecía que lo más difícil ya estaba hecho. Sin embargo, el equipo encajó el empate en un córner que no supo neutralizar. Un balón que llegó al segundo palo. Ahí apareció Mizzian, del Mérida, que remató solo y desde cerca. Un cabo suelto poco habitual en este 2024. Y que supuso el fin de las esperanzas murcianistas a pesar de las intervenciones destacadas del portero rival en los últimos minutos.