Goiria, un hombre de proyecto

Su crédito en la dirección deportiva se lo ha ido ganando en el club de su localidad natal, un Amorebieta en el que también empezó su carrera y casi la termina, colgando finalmente las botas en el Getxo. Ya en su nueva etapa profesional, llegó a Urritxe en el verano de 2017 y desarrolló un trabajo que no pasó desapercibido. Durante siete temporadas el club fue creciendo logrando dos ascensos a Segunda División. Tras el primero descendió y esta temporada estuvo más cerca de lograr la permanencia tras una remontada sorprendente, pero perdió ante el Mirandés en la última jornada.

De todas esas campañas se puede extraer que se trata de un director deportivo de proyecto. El primer salto de categoría del Amorebieta lo dio en el cuarto año de Goiria en el cargo. Fueron mejorando poco a poco. De un 14º puesto en la 2017-18 pasó a ser 8º y 6º en los dos siguientes cursos. Finalmente, en la 2020-21 se metió en el 'playoff' como tercero y dio la gran sorpresa ganando la final al Badajoz en el Nuevo Vivero.

Además, en los últimos seis años apenas contó con tres entrenadores diferentes. El primero fue Íñigo Vélez, que subió en su tercera campaña. Ya en Segunda, la mala situación clasificatoria hizo que fuera sustituido por Haritz Mujika. No logró la permanencia, pero continuó. Ya en Primera RFEF superó un mal arranque de Liga, siendo colista en la jornada 7, y a base de paciencia devolvió en el primer intento al equipo al fútbol profesional y siendo campeón de un grupo en el que estaba el Murcia de Mario Simón y Pedro León. Ya esta temporada tampoco pudo evitar el sufrimiento y Jandro fue el último inquilino en su banquillo.

Esta no sería la primera experiencia futbolística de Asier Goiria en la Región. Aún en su época de jugador, formó parte del FC Cartagena en Segunda División. Un paso por el Cartagonova sin éxito. En temporada y media solo fue capaz de anotar un gol. Su rol fue secundario y en su segunda campaña acabó saliendo al Girona en el mercado de invierno.

Así, se marchó siendo muy criticado por la afición del Efesé y sin poder reproducir sus buenos registros en otros equipos como sus 18 goles en el Burgos en la temporada 2006-07, en Segunda B, o las 14 dianas anotadas en el Eibar la temporada siguiente, ya en Segunda. Su proyección fue a más al pasar al Numancia y hacer cinco tantos en Primera. Tras otra temporada en Soria, recaló sin fortuna en el Cartagena. Tras Girona, se mantuvo en la categoría de plata con el Mirandés y ya hizo sus últimos goles en el Amorebieta, donde empezó, y en el CD Getxo, en Tercera.