Felipe Moreno se centra en el Hércules

Pero estamos en un año atípico, con el Mundial recién finalizado, y el culebrón en las oficinas del Enrique Roca sigue teniendo a Felipe Moreno como protagonista. El empresario cordobés inició conversaciones con Agustín Ramos hace ya medio año, con aquel famoso encuentro en Campoamor entre el presidente del Real Murcia y el expropietario del Leganés. Todo apuntaba a que las partes se entenderían, a que la cogobernanza que ellos mismos sellaron con un apretón de manos en el restaurante Salzillo de Murcia acabaría con final feliz. Y ya de paso, que eso supondría una dosis de tranquilidad para una afición pimentonera acostumbrada, por desgracia, a que las sonrisas se tornen en lágrimas.

En esta ocasión, inexplicablemente por lo encaminado que ya estaba el asunto, volvió a torcerse y la ruptura entre Agustín Ramos y Felipe Moreno es real y patente. Pero no es definitiva.

El pasado 27 de noviembre el propio Moreno sacó un comunicado anunciando que el pacto con Ramos se había roto, por lo que la entrada de Moreno con 5 millones de euros bajo el brazo se esfumaba. Aludió a cansancio y agotamiento tras varios meses perfilando un acuerdo que tuvo reuniones, repasos a la letra grande, pequeña y minúscula. Y ni con esas se consiguió cerrar el que suponía un balón de oxígeno para la maltrecha salud económica del Real Murcia.

Una ruptura, eso sí, que no era definitiva. Felipe Moreno debía viajar Senehal y Ghana durante un par de semanas en este mes de diciembre, proseguir con sus negocios y a su regreso, que se produjo esta misma semana, valorar las opciones sobre la mesa. Una de ellas sigue siendo el Real Murcia, pero el discurso ha cambiado. Ahora la cogobernanza entre Moreno y Ramos parece inverosímil, difícil de llegar a buen puerto. El empresario cordobés prefiere esperar a la resolución del Tribunal Superior para ver si las acciones de Mauricio García de la Vega, que a día de hoy suponen un pequeño porcentaje de la propiedad del Real Murcia, se convierten en el 84% y ejecuta la cláusula preferencial por las acciones del mexicano. De este modo, se convertiría en el accionista mayoritario de la entidad pimentonera. Se quedaría solo al frente del Murcia, sin Ramos.

Por su parte, el actual presidente del Real Murcia no quiere ni imaginar que todo dependa de una resolución que, presumiblemente, se conocería en el primer trimestre del próximo año y que, salvo sorpresa mayúscula dará la razón a García de la Vega y colocará a Moreno al mando de la entidad grana, sin necesidad de entrar de la mano de Ramos. Por ello, el de Abarán está interesado en adquirir los derechos preferentes de Felipe Moreno sobre el paquete accionarial de Mauricio García de la Vega. Es decir: quiere eliminar de la ecuación al propio Moreno y evitar la dependencia de los tribunales para conocer la futura propiedad del club. Y García de la Vega, encantado, viendo como los dos aspirantes a la propiedad del Real Murcia se pelean por su parte del pastel. Moreno tiene todas las de ganar, evidentemente. Solo tiene que esperar a que un juez le dé la razón.

Estas negociaciones, cuyas conversaciones se han iniciado esta misma semana, tienen como protagonista a Antonio Pedreño, consejero del club pimentonero que es quien mantiene el contacto con el cordobés. Felipe Moreno no va a vender el paquete que le compró por 2 millones de euros a García de la Vega y esperará a la resolución judicial, pero el Real Murcia no es el único proyecto que le interesa. El Hércules, otro histórico del fútbol español que intenta remontar el vuelo tras un mal arranque en Segunda RFEF, contará con el asesoramiento del expropietario del Leganés en este mercado de fichajes invernal.

El propio Moreno valoró la opción de adquirir el club alicantino hace un par de años, pero entonces se encontró con la oposición del controvertido constructor alicantino Enrique Ortiz a deshacerse del club del Rico Pérez. El propietario del Hércules ofreció entrar tanto a Felipe Moreno como a su mujer, Victoria Pavón, pero con una fórmula parecida a la que se iba a materializar con Agustín Ramos: compartiendo el proyecto. Y Moreno se echó para atrás. En esta ocasión la posibilidad que se le abre al empresario andaluz es como asesor y colaborador externo, ayudando en el rastreo de posibles incorporaciones al secretario técnico Paco Peña y al propio Enrique Ortiz, cuya figura está muy desgastada ya en Alicante y necesita nuevas caras al frente de la parcela deportiva herculana.

Los contactos con Felipe Moreno los ha llevado a cabo el vicepresidente de la entidad alicantina, Valentín Botella, y su ayuda como asesor externo no significa que quiera ahora hacerse con la propiedad del club del Rico Pérez. Felipe Moreno es consciente del proceso abierto que tiene el Real Murcia, la posibilidad de hacerse con la propiedad de la entidad grana, y su colaboración con el Hércules no supondría desembolso económico alguno para él, ni entraría al accionariado del club.

Felipe Moreno sigue aspirando a hacerse con el control del Real Murcia, pero mientras eso llega va a trabajar para el Hércules. En los últimos días ha estado en Ghana, donde precisamente descubrió al ahora centrocampista del Arsenal y ex del Atlético de Madrid, Thomas Partey. Felipe Moreno mantiene su deseo de dirigir el Murcia. No obstante, ahora ayudará al Hércules.