La apuesta ofensiva no basta para salir del bache en un momento clave

De hecho, hasta los veinte minutos de juego no comenzó a generar peligro. Eso sí, ni Toril ni Dani Romera llegaron a brillar ante La Nucía. El primero peleó por cada balón con insistencia, aunque no disfrutó de ocasiones de gol, mientras que el ex del Castellón, además de un inocente cabezazo, solo generó una arrancada que acabó con un disparo peligroso. Poco bagaje para ambos, que todavía no están integrados del todo en el juego del equipo.

Los de Simón afrontaron el partido con una baja sensible, la de Julio Gracia. El jugador, sancionado, es clave en el juego del equipo. Y el Murcia notó su ausencia, sobre todo en el primer tramo del partido. Finalmente, su sustituto fue Armando. No pudo ofrecer la creatividad y fluidez de Julio Gracia, pero sí un registro distinto, como son sus disparos desde media distancia. Así, algunas de las mejores ocasiones granas en el partido de ayer fueron los chuts del centrocampista. En la primera parte se incorporó varias veces al ataque, con Galindo siendo más posicional, y desde segunda línea estuvo cerca del gol. Un primer disparo que provocó una gran intervención de Ackerman y, posteriormente, se encontró con la oposición final del palo derecho del portero de la Nucía.

Arnau Ortiz es un futbolista eléctrico que, si no se tuerce su carrera, podría llegar a jugar en Primera. Pero el centrocampista, que hizo a su equipo más peligroso cuando saltó al terreno de juego, no entró en el partido hasta el minuto setenta, justo cuando Simón decidió sentar a un Dani Romera que no estaba para completar el partido. El futbolista cedido por el Girona se movió por varias zonas del campo, generó peligro y provocó faltas. Quizás el entrenador del Real Murcia debió darle más minutos, como Loren Burón, que saltó al terreno de juego a los diez minutos de la segunda parte y revolucionó durante muchos minutos el ataque de su equipo.

Una de las cosas positivas en el Murcia otra jornada más fue su capacidad para no dar facilidades atrás a sus rivales. La Nucía entró mucho mejor al partido y mandó en el primer cuarto de hora llegando repetidamente por la derecha con un activo Josema Raigal, que regresaba al Enrique Roca. Quizá fue el momento en el que los granas parecieron más vulnerables y menos compactos. Sin embargo, con el paso de los minutos fueron capaces de equilibrar un choque que, ya en la segunda parte, fueron capaces de dominar antes y después de que el equipo alicantino se quedara con 10 jugadores. Los de Simón llevaron la iniciativa y ese control impidió que el rival tuviera ocasiones en el resto del choque gracias también al trabajo de Galindo o a la autoridad de Alberto González e Iñigo Piña.

Al Real Murcia le volvió a pesar la responsabilidad ante los 15.769 espectadores que acudieron al Enrique Roca. A pesar del mal arranque de partido se repuso y creó más ocasiones claras que su rival. Las dos de Armando, el remate de cabeza de Javi Rueda, el disparo cruzado de Arnau Ortiz o la jugada personal de Romera. Pero desde la expulsión de Toner en el minuto 74, al equipo grana le costó aún más. La Nucía se echó para atrás y el Real Murcia no supo cómo derribar el muro alicantino y desde entonces no supo cómo generar ocasiones claras y manifiestas de gol.