El listado de acreedores y proveedores emitido en julio de 2010 por Damián Mora Tejada, Ramón Madrid Nicolás y José María Moreno García, los administradores concursales designados, fijaba la deuda concursal en 29.593.939,66 euros. Una cantidad que Jesús Samper, entonces al mando del club, se había comprometido a ir pagando en cinco plazos. El madrileño decidió no hacer quita, una decisión incomprensible viendo la magnitud del agujero, aunque para muchos la verdadera razón radicaba en que sus empresas eran también acreedoras del Real Murcia y que esto, al fin y al cabo, le perjudicaba. Pero de una forma u otra, Samper apenas cumplió con el primer plazo.
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De hecho, al cierre del ejercicio 2014-15, el último de Jesús Samper al mando del club (falleció en diciembre de 2015), la entidad centenaria registró en sus cuentas 24,1 millones de esta deuda concursal aún vigente después de seis años. De hecho, junto a la deuda frente a las administraciones públicas y la deuda contra la masa (la generada con los acreedores privados posteriores al concurso), la deuda global del club se acercó a los 50 millones de euros.
Evolución de la deuda concursal desde febrero de 2009 hasta junio de 2023
Inicio de concurso: 19 de febrero de 2009 29,6 millones
Cierre del ejercicio 2014-15, último de Jesús Samper 24,1 millones
Noviembre de 2018, llegada del grupo de Tornel 17,7 millones
Junio de 2021, marcha del grupo de Tornel 9,3 millones
Junio de 2023 Fin del concurso
La situación durante muchos años fue dramática. Hasta que en noviembre de 2018 aterrizó en el Real Murcia, a la fuerza y obligando a marcharse a Víctor Gálvez, grupo de murcianistas encabezado por el notario Francisco Tornel que estaban dispuestos a salvar a la entidad. Se encontraron con una deuda concursal, después de algunas quitas de acreedores, de 17,7 millones. Pero el trabajo de un grupo formado por directivos como Emilio García, Daniel Moreno, Francisco Cobacho y José Manuel Sánchez, entre otros, hizo reducir, a base de acuerdos y pagos, la deuda concursal hasta los 9,3 millones.
Después llegó Agustín Ramos, que le pegó un pellizco más, aunque ha sido con Felipe Moreno con el que el concurso de acreedores ha llegado a su fin. Parte de la deuda concursal seguirá vigente, entre ella 3,3 millones pendientes con acreedores privados y 1,9 con la Liga que el Murcia solo tendrá que abonar en caso de ascenso a Primera. Pero este será un nuevo capítulo en la historia de un club que, paso a paso, se acerca a la salvación total.
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