Tangerine Flavour. Jorge Ferrer

Tangerine Flavour: «Ante todo somos músicos inquietos»

El grupo madrileño presenta 'Space Cowboy', uno de los grandes álbumes de 2024

Viernes, 1 de noviembre 2024, 01:06

Valentía y excelencia. Amplitud de miras y exploración emocional y musical. Partir del pasado para alcanzar el presente y afrontar el futuro a través de la canción atemporal, la instrumentación precisa y la interpretación apasionada. Cuando todas las piezas encajan en un disco, no sucede ... muy a menudo, esta corriente de sensaciones te arrastra con suavidad y te sitúa bajo el sol que ofrecen los lugares felices. Pues bien, eso sucede con 'Space Cowboy', el último trabajo de Tangerine Flavour. Un fascinante álbum doble que la banda madrileña presentará hoy en uno de los grandes conciertos de este mes en la Región. Charlamos con ellos.

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Tangerine Flavour

  • Cuándo Viernes a las 21.00 horas.

  • Dónde La Yesería. Murcia.

  • Cuánto 11 €.

–¿Dónde y cómo se produjo la primera visita de este 'Space Cowboy'?

–Fue a finales de 2022. El alunizaje tuvo lugar en nuestro antiguo local de ensayo, ubicado en los sótanos del mítico y ya ausente Rock Palace de Madrid. Lo cierto es que fue un encuentro fortuito y casual, no lo buscábamos. Nos encontramos con él a raíz de compartir ideas y de componer temas en conjunto.

–Como oyente, la sensación es que se trata de forma muy clara de un álbum de madurez.

–Creemos que ha sido el trabajo más especial de Tangerine Flavour por todo lo que ha supuesto la composición, grabación y puesta en escena. Ha sido el disco más colaborativo de la banda, sin ninguna duda. ¿Un álbum de madurez? Creo que eso lo tienen que decidir los oyentes.

–El disco presenta a un personaje exterior que llega a nuestro mundo para recordarnos las maravillas tanto artísticas como humanas que nos rodean. ¿Por qué creen que se nos olvida con tanta facilidad este tipo de elementos que tantas veces nos ayudan a relativizar?

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–Vivimos en una sociedad caracterizada por la hiperestimulación, la sobreinformación y el cansancio, como diría Byung-Chul Han. Ante este panorama, es difícil mantener una mirada atenta hacia las producciones humanas y artísticas que nos rodean. Consumimos contenido audiovisual, musical y literario como si de comida rápida se tratara. Somos gente sencilla, aunque nos las demos de profundos, pero ante todo somos músicos inquietos que no se conforman con canciones de marca blanca. Pensamos que ese espíritu artesano se plasma fielmente en el disco.

«Queríamos plasmar en nuestro disco la idea de que, sin mezcla cultural, no existiría civilización»

–El álbum cuenta con temas en inglés, francés, portugués y castellano. ¿Buscaban reflejar esa universalidad de la canción mediante el uso de estas lenguas?

–Sí. Como banda que canta principalmente en inglés hemos tenido que aguantar comentarios de gente de dentro y de fuera de la industria preguntándonos que por qué no cantamos en español. Ellos comen en un restaurante hindú el fin de semana, van a trabajar a sitios de 'coworking' y escuchan 'rock and roll', pero nosotros tenemos que cantar en español. ¿Por qué no comen siempre en sitios castizos, van a trabajar a espacios compartidos de trabajo y no escuchan exclusivamente jotas, flamenco y zarzuela? En un mundo globalizado, las fronteras de la cultura se disipan y, como decimos en nuestra tema 'Free', no hace falta nacer en el delta del Mississippi para cantar en inglés o tocar blues. Queríamos plasmar en nuestro disco la idea de que, sin mezcla cultural, no existiría civilización.

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–¿De qué manera se han planteado el gran reto de plasmar el disco sobre el escenario?

–Hemos incorporado un nuevo miembro a la banda, Manu Pino. Él se encarga de los teclados y, gracias a su incorporación, los temas de 'Space Cowboy' han alcanzado otra dimensión. Sin duda alguna, la formación de quinteto que tenemos ahora nos ha ayudado a pulir las aristas de nuestra defensa del disco en escena.

–Siempre se han mostrado muy contundentes a la hora de hablar del momento que vive la música en directo en nuestro país. Digamos que no comparten una opinión muy positiva sobre el tema.

–Es una visión compartida por muchos de nuestros colegas de escena. Para vivir de la música en España o estás muy arriba, tocas con doce bandas, has estudiado en el conservatorio, formas parte de orquestas y das clases o es imposible. Cuando estuvimos en Estados Unidos nos dimos cuenta de que, una de las pocas cosas buenas que tiene ese país a nivel social, es el reconocimiento de la música. En cualquier bar o restaurante hay música en directo y a nadie le molesta. Conocemos a amigos que viven allí perfectamente de la música sin ser famosos porque se valora su trabajo, se les paga bien y se reconoce su dignidad e importancia social como artista. Parece que los músicos en España les hacemos un favor a las salas: tenemos que hacer la promoción, pagar el alquiler, traer a la gente e incluso, algunas veces, sonorizarnos. Es evidente que no es un escenario propicio para la música y la creatividad. Todavía tenemos mucho que avanzar al respecto.

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