El fin de Star Wars

Ayer jueves llegó el día que nunca pensamos que llegaría, el día que se estrenó la última película de la saga de La Guerra de las Galaxias, que decimos los viejunos. Su invasión de nuestros cines, y su colonización de casi la mitad de nuestras pantallas, nos deja un viernes de estrenos casi testimoniales, pues hay que tener mucho valor para poner a cualquier peliculita a competir contra este tsunami cinematográfico (este no lanza pelotitas al campo).

'Star Wars: el ascenso de Skywalker' es la novena película de la saga más importante del entretenimiento mundial, con sus universos expandidos de juegos, series, parques de atracciones y películas, y da fin a las peripecias de estos personajes, aunque no sea su final. Una franquicia de enorme éxito que ha generado en taquilla más de quince mil millones de dólares en sus cuarenta años de historia, lo que no está nada mal.

En esta última aventura se resuelven todas las cuestiones que se nos plantearon en la excelente 'Star Wars: el despertar de la Fuerza' (la mejor de esta nueva trilogía) que reseteó con buen tino la legendaria saga, y, como no podía ser de otra forma, nos deja algunos puntos suspensivos.

Como no quiero destripar sorpresas ni argumentos, únicamente diré que es imprescindible verla si eres seguidor, pero aunque no lo seas, disfrutarás de una muy entretenida y bien hecha película para todos los públicos.

Haciendo balance, reconozco que las líneas argumentales son coherentes con el resto de los capítulos, las historias están bien trabadas y narradas, y los personajes nuevos, sin llegar a estar a la altura de los de la primera trilogía, se defienden. Eso sí, hay un momento muy épico y emocionante cuando…… No, no lo contaré. Id a verla.

Las comedias francesas a veces hasta son divertidas, sobretodo cuando son capaces de combinar en su justa medida la chabacanería de 'Los visitantes' (1993) y la sofisticación de 'Ces`t la vie!' (2017), y eso lo consiguió hace un par de años 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?', que nos narraba lo difícil que era para un francés de pro, conservador y notario, aceptar que sus hijas se casaran con personas no caucásicas.

El tirón de aquel filme hace que nos traigan 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho…. Ahora?', buscando otro taquillazo. En esta ocasión se retoman los mismos personajes, con la situación nueva de que los cuatro matrimonios de sus hijas están a punto de irse a vivir fuera de la sacrosanta Francia. Es más de sonrisa que de carcajada, pero gratificante verla en Navidad.

Si hay una película que no hay que ver en esta semana de Papa Noel, nacimientos y mazapán, es 'Una gran mujer', una película rusa durísima, sin concesiones a la piedad ni a la humanidad, contada desde la desesperación de dos mujeres que tratan de sobrevivir tras la Segunda Guerra Mundial en una Leningrado en ruinas.

Esa madre convertida en Herodes, ese médico que en realidad es el posadero de Belén, ese ángel anunciador que es el novio bonachón, esos cánticos estalinistas como si fueran villancicos, es una manera demasiado transgresora de celebrar estas fiestas, así que no la aconsejo a no ser que seáis el Grinch.

Disfrutar de las familias y los amigos. Que la Fuerza os acompañe, y tengáis una semana de cine.