Soleá Morente: «Me gusta caminar por lugares que aún no son de nadie»

–¿Cómo surgió la colaboración con Guille Milkyway que dará como resultado su próximo disco?

–La idea de trabajar con Guille es algo que venía rondándome la mente desde hace tiempo porque es alguien a quien admiro profundamente. Los dos pertenecemos al mismo sello discográfico, Elefant Records, y eso ha facilitado la comunicación y que se haya dado la situación para encontrarnos en la música. Me considero muy afortunada de poder trabajar codo a codo con él. Es una persona muy especial a la que quiero mucho y un artista infinito.

–¿Han planteado cada canción del disco como un universo propio o han buscado una línea conductora para todas ellas?

–El disco une el sello y la personalidad de La Casa Azul con mi sonido. Es como un híbrido de ambos mundos que crea un color sonoro con el que yo no contaba hasta ahora. Lo que le va dando un sentido interno a las canciones es el uso de un tipo de producción que busca reflejar el universo musical actual junto a sonidos más clásicos y tradicionales. Los referentes, por ejemplo, van de los duetos entre Raphael y Rocío Jurado a la rapera Bb trickz, sin olvidar el cante flamenco.

–El cambio estilístico es una constante en su trayectoria. Está claro que se lo pasa en grande saltando de género en género.

–Lo que más disfruto es sentirme libre a la hora de profundizar en algo que me llama la atención para después llevarlo a cabo con mi punto de vista, usando mis facultades y desde una inspiración sin prejuicios. Algo que también me apasiona es la búsqueda de la emoción en ese viaje a polos opuestos cuya unión es aparentemente inviable. Me gusta caminar por lugares que aún no son de nadie.

–¿Es especialmente complicado confeccionar un repertorio cuando cada uno de sus discos tiene una personalidad tan propia y marcada?

–Claro, es uno de los retos a los que me estoy enfrentando en el directo. El concierto pasa por varios momentos que me llevan a lugares muy distintos a nivel interpretativo. Por ejemplo, pasamos del pop en 'Polvo y arena' a un cante por soleá. Esa manera de interpretar radicalmente diferente, pero en la que yo encuentro una manera propia de hacer las cosas, es la que me interesa. Al final, lo que da sentido al repertorio es dar con la emoción, ya sea cantando una seguidilla o una canción de Marcelo Criminal.

–A Cartagena llega en formato acústico. ¿Cuánto de reto tiene desvestir un repertorio tan lleno de matices?

–Está siendo al mismo tiempo un reto tremendo y una experiencia muy constructiva. En estos acústicos me está acompañando Josemi Carmona, una de las grandes guitarras que tenemos en el panorama musical actual, y es un lujo llevar mis canciones a su universo y que él viaje también al mío. Es una manera de salir de la zona de confort y mover las canciones de lugar para comprobar la manera en la que respiran.

–Su anterior disco, 'Aurora y Enrique', fue el primero que escribió y compuso en solitario. ¿Cómo ha cambiado su forma de crear tras aquella experiencia?

–Me hizo darme cuenta de que soy capaz de hacer algo que creía que no podía: escribir canciones por mí misma. Eso no tiene precio. Le debo casi todo, por no decir todo.