Margarita Quebrada

«No queremos abanderar un sonido nostálgico»

Desde la apertura de cielos abiertos con 'Azul' hasta 'Tu mitad' y su naturaleza de desgarro final, 'Gas lágrima', el nuevo disco de Margarita Quebrada, se escucha (y vive) con la fascinación de lo indescifrable y la convicción de las claridad. Tan melódico como complejo, tan de ayer y tan de hoy, tan desenfrenado como equilibrado, tan repleto de inteligentes salidas armónicas como férreo en su caparazón instrumental de sintetizadores de oscuros colmillos, lo último del trío valenciano formado por Nacho López, Mikel Cabanes y Guillermo Juan Montesinos 'Vesse' supera con creces a su predecesor, 'Luces', y les sitúa como una de esas bandas cuyo descubrimiento rima con ilusión. Charlamos con ellos antes de que cumplan su papel como una de las propuestas más interesantes del ciclo de conciertos matinales de la nueva edición de Las Noches del Malecón.

–Aunque se les relacione constantemente con referentes de los ochenta, 'Gas lágrima' está repleto de sonoridades contemporáneas. ¿Buscan de alguna manera concreta ese puente para unir pasado y presente?

–Es una consecuencia más que una causa. No queremos abanderar un sonido nostálgico que vaya en búsqueda del pasado ya que solamente funciona como legitimación de aquello. Nuestro contexto es muy diferente al del ayer y con un presente tan amplio hemos sabido disfrutar de estas referencias y llevarlas a un punto que, más que como puente, puede servir de futura inspiración.

–Más de medio año después de su publicación, ¿qué relación tienen a día de hoy con estos temas?

–Vas cogiéndole cariño a ciertas canciones según las expones en el escenario, cambiando de gustos y afilándolas más. Otros temas también te demuestran que no son tan de directo o que te dicen más a ti que al público. Tenemos cada uno nuestras favoritas, pero siempre debes tener la mentalidad abierta para que el set quede lo más dinámico posible.

–Los sintetizadores y las guitarras, la manera en la que dialogan, es el punto clave sobre el que se desarrolla el disco. ¿Cómo describirían el proceso que llevan a cabo en el estudio en este ámbito?

–Es un diálogo de mutuo acuerdo, como bien dices. No hay instrumentos protagonistas en las mezclas, todo tiene su lugar y debe cumplir la función melódica o ambiental para que el tema camine. Siempre hay un rango de improvisación e imaginación en el directo, eso es muy importante, pero es necesario que se entiendan ambos elementos para poder conseguir esta capa de nostalgia y de sonido más personal o incluso para construir ese puente del que hablábamos antes.

–Cuentan con colaboraciones en el disco de diversos artistas emergentes. ¿La unión hace la fuerza en la actual industria musical?

–Fuerza y realidad. Todos estamos precarizados en este sector y luchamos por conseguir un futuro, siempre desde el respeto y la cooperación. Nos gusta realmente conocer maneras diferentes de trabajar. Las colaboraciones son siempre un viaje curioso desde la idea hasta el final y seguro que seguiremos con ellas. Además, es una red de ayuda mutua para compartir públicos y reconocerte en otros espacios.

–¿Qué es lo más complicado o desafiante a la hora de trasladar 'Gas lágrima' al directo?

–El sonido. Por desgracia, no siempre podemos llevar a nuestro técnico lo que hace que tengamos que lidiar con profesionales ajenos que, o no les gusta tu música, o no la conocen o simplemente pasan de tanta movida. Esto es lo más frustrante de todo y desmotiva mucho, pero aprendemos de ello y tratamos de sacar la actitud en estas ocasiones.

–Hablábamos al principio de pasado y presente, así que, puestos a cerrar el círculo, ¿de qué manera se enfrentan al futuro?

–Presentimos un futuro lleno de trabajo, nuevas visiones, organización, motivación, agobio, disfrute y disciplina. Creemos que la rueda seguirá girando.

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