Pablo Galiano trae su aurora de brillantes canciones al Café de Alba

Si 'La noche es ahora tu casa', su primer disco, empezaba con un tango electrificado bailado a las puertas del infierno titulado 'Las botas' y su secuela, 'La ciudad devora los pájaros', lo hacía con un relámpago blues de garganta cicatrizada, 'La aurora', el trabajo con el que Pablo Galiano llega a Café de Alba, lo hace con un aire bohemio de acento Waits y guitarras con las cuchillas afiladas.

Tres maneras distintas de abrir puertas que, en cualquier caso, pertenecen a ese mismo pasillo único de ventanas abiertas, grandes balcones y mapas de arena y sal que se dan cita en la carrera del compositor y cantante madrileño, uno de esos tipos a los que la justicia escrita con versos torcidos del éxito y el reconocimiento le debe ya unas cuantas. Principalmente porque, cuando uno se acerca a sus canciones, la evidencia del talento desborda con el entusiasmo de aquellos trenes de la adolescencia que van y vuelven. Ave nocturna, pasajero de los tiempos perdidos, militante de la honestidad, vaquero que espera al alba silbando melodías lejanas. Así podríamos definir a Pablo Galiano si nos da por confeccionar un traje con la tela de su música.