Aunque la diferencia resida en una letra, no es lo mismo contar que cantar. Y el ilustre José Mercé lo demuestra en un último trabajo, 'El Oripandó', donde su implicación emocional y personal supera cualquier precedente de su extensa y admirable trayectoria. Con esta obra ... de esencia autobiográfica, el jerezano narra con su inconfundible voz, profunda como abismo marino que no requiere de oxígeno, momentos clave de su historia vital, incluyendo algunos tan terribles como la pérdida de su hijo Curro en la intensa 'Jamás desaparece lo que nunca parte'.
Publicidad
Elevado por la producción de Antonio Orozco y con colaboraciones estelares como Mala Rodríguez, Pablo López o Tomatito, 'El Oripandó' te atrapa por lo que tiene de confesión desnuda y de valiente ejercicio musical apegado a la grandeza. Charlamos con Mercé sobre el disco y su nueva gira, que recala en Molina este domingo, en el Parque Municipal, a las 21.30 horas.
–¿En qué momento nació la idea de llevar a cabo una obra tan importante a nivel personal y profesional como 'El Oripandó'?
–Llevaba tiempo detrás de este proyecto. Tuve la suerte de encontrarme con mi amigo Antonio Orozco en el programa 'La Voz' y ahí empezamos a hablar de la posibilidad de hacerlo. A partir de entonces empezamos a trabajar y hemos estado más de dos años y medio dando forma a esta obra. Porque, aunque no quiero sonar presuntuoso, para mí es una obra, además de una autobiografía. Estoy muy orgulloso y feliz de 'El Oripandó', creo que es algo muy íntimo, nuevo y vanguardista.
–¿Sintió vértigo en algún momento a la hora de sumergirse en un trabajo así de intenso?
–La verdad es que sí. El primer día que llegué al estudio y empezaron a hablarme de todas las cosas que iban a aparecer en el disco quería salir corriendo, imagínate si me dio vértigo (risas). Poco a poco, trabajando por ejemplo con Jordi Culé, el piano y demás, fui cogiendo ritmo, pero había tantas novedades de golpe, como una maravillosa orquesta sinfónica de setenta músicos, que me volví loco y pensé en irme de allí (risas). Pero ha sido una experiencia maravillosa.
Publicidad
–El disco, como todo viaje hacia la luz, transita también por momentos tristes. ¿Hasta qué punto cree que la música puede ayudar a sobrellevar la ausencia y el dolor?
–La música cura. La música te ayuda a desahogarte, te sana y te hace más feliz. Yo siempre digo que si el mundo escuchara más música habría menos historias tristes.
–De cara al directo, ¿cómo se enfrenta a la interpretación de estos nuevos temas teniendo en cuenta el peso personal que tienen para usted?
–Lo hago con mucha ilusión, aunque hay momentos en los que lo paso muy mal. Por ejemplo, 'Jamás desaparece lo que nunca parte', donde le canto a mi hijo Curro, es una canción que me cuesta la misma vida, pero a la vez soy muy feliz porque me sirve como desahogo. Además, todos los temas tienen un color musical muy bonito y hay distintos géneros, que es algo que también disfruto mucho. Defender 'El Oripandó' en directo es una responsabilidad muy grande y satisfactoria a la vez. Y estoy alucinando con la forma en la que el público está acogiendo estas canciones.
Publicidad
–¿Hasta qué punto cree que 'El Oripandó' es un punto de inflexión dentro de su trayectoria? ¿Cree que hay un antes y un después en lo que respecta a sonidos, arreglos y demás tras esta experiencia?
–Todo es totalmente nuevo. 'El Oripandó' es el trabajo más íntimo y diferente que he hecho en mi vida. Siempre he sido arriesgado y he hecho cosas por las que los 'flamencólicos', como yo les llamo con todo el respeto, me han dado muchos palos. Me acuerdo, por ejemplo, de discos como 'Ruido', 'Confí de fuá', 'Aire' o 'Lío', pero esta obra es todavía más arriesgada. Después de tantos años en la música, creo que 'El Oripandó' es de las cosas más importantes que he hecho en mi carrera.
–Comentaba antes que este disco funciona también como una especie de autobiografía, lo cual implica que ha tenido que echar la vista atrás en no pocas ocasiones para darle forma. En ese sentido, ¿qué siente al observar el camino recorrido?
Publicidad
–Mirar al pasado y ver todas las cosas que me han sucedido, tanto buenas como malas, ha sido una experiencia muy fuerte, pero también muy hermosa. Estoy cantando mi vida en 'El Oripandó'.
–Y respecto al futuro, ¿qué le queda por cantar a José Mercé?
–Tengo muchas ganas, mi público sigue llenando los conciertos y eso me hace tener cada día más energía para seguir. Me quedan muchísimas cosas por cantar.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.