Harrison Ford regresa a nuestros cines

Las leyendas son leyendas porque trascienden su realidad, porque su filmografía no pesa tanto como su carisma y porque hagan lo que hagan, hay que ir a verlas. Todo esto lo digo porque tenemos un nuevo protagonista de Harrison Ford en una película (el Oscar honorífico le espera), no hace muchos últimamente, y eso siempre es una gran noticia.

El siempre insultantemente apuesto Ford encabeza el reparto de 'La llamada de lo salvaje', que es una adaptación de uno de los relatos más famosos de Jack London, un autor que combinó perfectamente la aventura con la naturaleza. Suya es 'Colmillo Blanco', otra obra que ha sido llevada a imágenes en más de una ocasión (la Wiki habla de nueve películas y dos series).

Aquí un perro también es protagonista, y también transcurre en las agrestes tierras del Yukón entre precarias explotaciones mineras y el tropical clima de Alaska. La relación entre un viejo buscador, Harrison Ford, y un chucho arrancado de su cómoda vida de mascota de un hogar con posibles, es el motor de la historia. La aventura funciona, Ford está tan contenido y soberbio como suele, el relato clásico logra pasar a la modernidad, pero todo lo estropea la imagen digital del perro, que le resta credibilidad. Sé que lo peor del mundo es rodar con niños y con perros, pero estas cosas se acaban pagando. De todas maneras Indy vale el precio de la entrada.

Ahora os traigo un policíaco con mucha acción, pero con sentido. Un ejercicio cinematográfico que te deja fijo en tu butaca mientras ves como la policía cierra la isla de Manhattan (como si de una vulgar ciudad china con coronavirus se tratara) para poder atrapar a los asesinos de ocho policías.

El agente que comanda la búsqueda en 'Manhattan sin salida' lo interpreta Chadwick Boseman, Black Panther para los amigos, y cumpliendo con los cánones del género, tiene un alma torturada y un jefe duro, pero que le apoya, al que encarna J.K. Simmons. Es un largometraje preciso, que desde el principio demuestra que no hace concesiones, concisa, que va al grano, y rotunda. Cine de entretenimiento con calidad.

Las películas de parejas de delincuentes que mantienen una tórrida relación, que hacen el amor entre un asesinato y un atraco, y que su canción favorita es el sonido de las balaceras, son de lo más cinematográfico. Hay tenemos 'Bonnie and Clyde' (1967), 'Señor y señora Smith' (2005) o la alocada pareja de 'Amor a quemarropa' (1993). Desde este viernes podemos añadir a la lista a 'Queen and Slim'.

Ambos son un chico y una chica que se conocen una noche, en una cita que no pasara a los anales de la historia del romanticismo, pero sí a la de sus vidas cuando tienen un mal encuentro con un policía que acaba muriendo. En ese momento se inicia una persecución en el que tienen el apoyo de la comunidad negra que se identifica con su huida. Sumar el elemento 'First dates' al puramente gansteril ayuda a empatizar con los delincuentes, y aunque el mensaje moral es más que dudoso, se trata de un filme bastante decente.

Ahora que los diputados parecen miembros de una chirigota, es buen momento para distraernos viendo películas en pantalla grande. Que tengáis una semana, y un carnaval, de cine.