Arde Bogotá: «A un festival hay que ir a enseñar tus mejores cartas»

–Llegan al Warm Up en mitad de una gira que les está llevando a recorrer la práctica totalidad de la geografía española. En ese sentido, ¿hasta qué punto es especial jugar en casa? ¿Tiene más ventajas o genera más nervios?

–Juegas con ventaja siempre. Arde Bogotá es una banda que tiene la suerte de ser muy bien tratada en toda la Región porque, como siempre hemos sido muy conscientes de dónde venimos, la gente abraza muy fácilmente nuestra propuesta. No somos como estos equipos que la gente no va nunca al estadio y cuando van en el partido importante se cagan. Como el público suele responder y nos trata con tanto cariño, jugar en casa es como estar siempre en un fortín. Como en el Cartagonova, vaya (risas).

–¿Cuáles son las principales diferencias a la hora de preparar un concierto para una sala y otro para un marco como el de los grandes festivales?

–Es diferente. Yo lo voy aprendiendo a base de prueba y error. Al final en una sala tienes a un grupo de gente concentrada en una olla a presión que han ido a verte a ti, por lo que se genera una energía muy a favor de obra. La comunión es relativamente fácil ahí, pero en un festival la gente va a descubrir música, así que tienes que ganártela. Hay que ir con la mentalidad de enseñar tus mejores cartas.

–Dentro de su repertorio, marcado por ese primer y fabuloso LP llamado 'La noche', ¿qué canciones son las que más les han sorprendido en lo que respecta a la reacción del público?

–Depende del público. Hay algunos temas que funcionan muy bien en unas ciudades y al día siguiente no. Pero hay dos que me están sorprendiendo mucho últimamente: 'El beso' y 'Tijeras'.

–Se encuentran trabajando actualmente en su próximo trabajo. En lo que tiene que ver con la composición de los nuevos temas, ¿cuesta aislarse mucho de la velocidad a la que está creciendo la banda o esa montaña rusa de emociones es un buen lugar para crear?

–Cuesta. En general estamos frente a un proceso creativo caracterizado por una coyuntura en la que nunca hemos estado, por lo que es diferente. Nunca habíamos estado componiendo un disco mientras teníamos la exigencia y los beneficios de la situación en la que se encuentra la banda, por lo que es mucho más difícil sentir ese momento de reposo y silencio en el que aparece el sonido. Ahora estamos haciendo conciertos y viajando todos los findes, así que queda poco espacio para la calma, la reflexión, el estudio, la inspiración y la creación. Pero nos estamos adaptando a ello.

–Estoy seguro de que todos los miembros de la banda han acudido a alguna de las ediciones previas del festival y han vivido momentos inolvidables en ellas. En ese sentido, ¿qué sensaciones les gustaría dejar entre aquellas personas que acudan a su concierto?

–Lo que ahora es el Warm Up fue el primer festival donde estuve y del que tengo grandes recuerdos. A mí me gustaría que fuéramos parte de una noche inolvidable de alguien y que eso permanezca en su memoria como lo hacen en la mía los conciertos que vi en el festival de Supersubmarina o The National. Ojalá provocar eso, ese instante memorable que, de una forma u otra, te lleva a tomar decisiones importantes en tu vida.