La eternidad incuestionable de Triana

Fue a mitad del abril de 1975 cuando la música española escribió uno de los capítulos más especiales, distintivos y dorados de su particular libro de historia. Para ser más precisos, fue el día catorce del citado mes la fecha en la que se abrieron de par en par las puertas de 'El patio', primer trabajo discográfico de Triana, banda formada por Jesús de la Rosa, Eduardo Rodríguez Rodway y Juan José Palacios 'Tele' en el barrio sevillano de la Macarena.

Se trata de algo más que un debut. Algo más que un paso inicial. Algo más que un memorable prólogo. Hablamos de un impacto profundo y duradero originado por una obra maestra con la que el rock andaluz fijó tanto su principal punto de referencia como su listón más exigente. Un antes y un después con todas las letras al que siguieron un total de cinco discos que elevaron a Triana como uno de los grupos más importantes e influyentes de un género musical que perdería gran parte de su sentido y valía sin este enorme legado musical, afirmación que parecen compartir con entusiasmo los responsables de 'Una noche de amor desesperada'.

Desde el reconocido talento vocal de sus cuatro figuras principales, Shuarma, Diego Martín, Manuel Escudero y Nacho Campillo, hasta un repertorio generoso y medido al milímetro, pasando por una banda entregada a la causa de la admiración constante y una puesta en escena en busca del asombro general, el espectáculo que llega este domingo a Cartagena se presenta como una de esas citas que sirven para reverenciar, recordar y mantener viva la llama de una obra de calado imperecedero. Una apasionada maniobra para despistar al paso del tiempo, pactar con la memoria y subrayar la incuestionable eternidad de Triana.