Los escondites de Antonete Gálvez en el monte Miravete y Torreagüera

Raúl Jiménez, cronista oficial de la pedanía, propone dos rutas por el entorno adaptadas a diferentes dificultades para conocer lugares destacados vinculados al personaje histórico y al medio natural, aunando deporte, cultura y naturaleza

Viernes, 27 de enero 2023, 00:18

Si hay una figura que destaca en la historia del siglo XIX en la Región de Murcia, esa es la de Antonio Gálvez Arce (1819- ... 1898), conocido como Antonete. Fue un labrador, pero también político y revolucionario murciano que luchó toda su vida en defensa de ideales libertarios y nacionalistas, en mitad de una época donde el país se movía entre la república y la monarquía. Estuvo plenamente implicado en diversas insurrecciones, en especial destaca su protagonismo en el levantamiento del monte Miravete y su participación en la Rebelión cantonal murciana de 1873, que hizo de él una de las figuras más destacadas del republicanismo federal en España.

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Nació y creció en la pedanía murciana de Torreagüera, donde hoy en día siguen recordando su figura y tratando de ponerla en valor. Tanto el pueblo como su monte Miravete continúan estando tras los pasos de Antonete, porque allí no hay quien no reconozca su importancia histórica y cultural. En concreto, hay una persona para quien hablar de Gálvez, de Torreagüera y de Miravete es motivo de orgullo. Y no podría ser de otra forma: se trata de Raúl Jiménez, cronista oficial de la pedanía y una de las personas más implicadas en promover la relevancia y el encanto de las zonas rurales en la Región de Murcia. «Aquí hay mucho que admirar, y tenemos que saber exportarlo. No hace falta salir fuera de la Comunidad para descubrir maravillas», afirma orgulloso.

Lomas del monte Miravete en la Cordillera Sur de Murcia. GUILLERMO CARRIÓN / AGM

Como buen mensajero y promotor de la huerta de Murcia y de su ciudad natal, Jiménez no duda en regalar su conocimiento y experiencia para facilitar a otras personas que conozcan lo que a él le tiene enamorado. Para ello, ha elaborado dos rutas de senderismo que reúnen todos los elementos que él lucha por conservar y dar a conocer: Torreagüera, Antonete Gálvez y Miravete, el monte de casi mil hectáreas que ahora está en trámites de inclusión dentro del Parque Regional El Valle. Cada ruta propuesta por Jiménez está pensada para una dificultad y capacidades, para que cada visitante escoja la que mejor se adapte a él y disfrute, en una misma experiencia de la «unión de deporte, cultura y naturaleza».

Localización del monte Miravete en la Región.

Tras la huella de Antonete

La primera ruta senderista que Raúl Jiménez recomienda es la más corta y sencilla de las dos, puesto que el recorrido está bien señalizado y delimitado y no hay cambios abruptos en el terreno. Con una longitud de entre 4 y 5 km, está ideada para visitar, de manera circular, distintos puntos del pueblo y el Miravete relacionados con Antonete Gálvez. A pesar de que la casa del político, en el Huerto de San Blas, en ruinas, es uno de los puntos más emblemáticos, el cronista la recomienda como una parada obligada, pero no la incluye en la ruta por la lejanía de la misma. Tras visitarla, quienes se animen con el senderismo, pueden comenzar en pleno centro neurálgico de la pedanía, en la iglesia de Torreagüera, donde también se inició la vida de Gálvez. «Allí fue bautizado y se casó, al igual que sus hijos y nietos», cuenta.

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Antonete Gálvez y sus descendientes se casaron y fueron bautizados en la iglesia de Torreagüera

Desde allí, la ruta continúa hacia el cementerio viejo, ahora convertido en un jardín, donde estuvo enterrado Antonete en un primer momento y el lugar en el que «tuvieron lugar algunos combates en el primer levantamiento de Miravete, en 1869». Después habrá que caminar por la calle Canteras en dirección al monte, hasta coger una senda que llega al Barranco de la Higuera, que se puede pasar por el quijero del mismo. Al otro lado, siguiendo el camino donde se ubica una casa de primeros de siglo y una cantera, se llega a una explanada con dos opciones. «En este ruta suave tomaremos el camino de la izquierda, la senda de bajada, desde la que se puede observar la cueva o mina de Antonete Gálvez», explica Jiménez. Se cuenta que allí se escondía el revolucionario cuando se veía perseguido y acorralado por sus enemigos políticos.

Cementerio de Torreagüera en las faldas del monte. | Escultura de Antonete Gálvez, en la plaza de Torreagüera. | Uno de los hornos de yeso restaurados por la Comunidad. Guillermo Carrión | Ros Caval | Vicente Vicéns/ AGM

La aventura continúa en dirección a Torreagüera, pasando junto a tres hornos de yeso restaurados, hasta llegar al cementerio actual, en cuya calle principal se ubica el panteón donde descansan los restos de Antonete. Para finalizar el recorrido, el visitante pasará junto al colegio Cristo del Valle, «mandado a construir en 1931 por Marcelino Domingo, ministro de Educación durante la II República», y llegará a la plaza del Cuartel o plaza de Antonete, donde se encuentra el busto en honor al personaje histórico.

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«En el cementerio viejo tuvo lugar el primer combate del levantamiento de Miravete, en 1869»

La ruta termina de nuevo en la iglesia de Torreagüera, frente a la cual se encuentra el casco antiguo con «sitios como el bar La Celosa, donde se puede completar el día con unas buenas tapas».

La opción más cultural

Para los más expertos aventureros, Jiménez ha contemplado una segunda ruta con una dificultad media-alta por lo abrupto del terreno. Este recorrido, aunque también pasa por lugares de la historia de Antonete, está orientado a la observación de elementos como canteras u hornos de yeso, intactos desde su construcción, además de llegar hasta la cima de la montaña. Él recomienda comenzar en la plaza de Europa hacia la Senda de las Yeseras, donde parece que el camino se corta. «A partir de aquí el recorrido no es sencillo, por lo que hay que estar preparado», explica. La ruta pasa por varias canteras de yeso, hornos y por la mota del barranco. «Por ahí se llega hasta la Cueva del Espejuelo, una bella explotación minera de extracción de yeso cristalizado».

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Cueva de Antonete Gálvez. CLUB MONTAÑERO DE MURCIA

La subida continúa hacia la Senda del Gavilán, desde donde se toma el ascenso hacia la cruz y mirador de Miravete, que ofrece una espectacular panorámica de la huerta murciana. Una vez llegado a lo más alto, la bajada se hace por la Senda de la Umbría, que discurre entre pinos. En el camino, el visitante podrá contemplar otra mina, la del Morciguillo: «Allí tuvieron que rescatar a un hombre hace unos años que cayó a un pozo. Tanto a esta cueva como al resto, solo se recomienda entrar con un profesional y seguir en todo momento las indicaciones de la cartelería del medio natural», recalca Jiménez. La senda continúa por el mismo camino de la primera ruta: cementerio, colegio y plaza, aunque en esta ocasión para volver a la plaza de Europa, el punto de partida.

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