A veces las cosas vienen así, tienes que hablar en un mismo artículo de un engendro de película y de la que dicen que puede ser la mejor de la temporada. Por suerte esto no es el festival de Eurovisión y no tengo que hacer votación popular, ni consultar al jurado, lo malo es que tampoco se hablará en el Congreso de tema tan importante.
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Roland Emmerich para mí era sinónimo de placer culpable porque siempre disfruto como un enano con 'Independence Day' (1996), pero reconozco que todas sus películas son fotocopias, en color y en 3D, pero fotocopias. Probablemente sea el director que más veces ha destruido el mundo en pantalla (la pena es que no se destruya su filmografía). En 'Moonfall' es la familiar Luna la que viene a estrellarse contra la Tierra, provocando el habitual cataclismo con el que los efectos especiales consiguen crear un espectáculo lo suficientemente apabullante para no dejarnos pensar.
Un reparto coral de estrellas en rebajas acompañan al colosal gasto de producción, digno de mejor propósito. Además de alabar esa parte poco más se puede decir. Alguien dice que sus cinco primeros minutos te dejan sin aire, que debió ser lo que le pasó al guionista al nacer, única explicación posible para haber escrito esto. Consigue hacer de una película de catástrofes una catástrofe.
Murakami es el escritor japonés más leído y popular en occidente. Ha conseguido conectar con ese público sin renunciar a la esencia de una cultura, la japonesa, tan distinta y distante. 'Drive my car' es una adaptación de una de sus novelas, y es lo que hace que no se pueda despachar con un simple: un 'Green Book' (2018) a la japonesa.
Un director en crisis acepta dirigir una obra de teatro en una ciudad que no es la suya, y allí le asignan a una conductora. No narra tanto la relación de esos dos personajes, que también, sino como esa relación lo va vinculando con el mundo nuevamente. Que nadie espere pasiones encendidas o sentimientos exuberantes, todo tiene la frialdad de un policíaco nórdico y la sobriedad de Bergman, pero los personajes son auténticos y la introspección del protagonista se convierte en algo interesante en una de las grandes películas de este año.
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Los telepredicadores son una especie que ha prosperado poco en el hábitat español, pero en los Estados Unidos son toda una institución. En los setenta y ochenta conquistaron grandes cuotas de popularidad, y una de sus estrellas más rutilantes fue la tal Tammy Faye, que junto a su marido consiguió hacer la mayor red de cadenas televisivas religiosas, y forrarse en el empeño. Claro que los bienes mal adquiridos poco aprovechan (¿os acordáis de lo del ojo de la aguja y el camello?).
Jessica Chastain devora al sosísimo Andrew Garfield, bordando un papel tan chirriante y pop que enamora. Es el tipo de película concebida para el lucimiento de su actriz principal en busca de la candidatura al Oscar, lo que nos recuerda que la temporada de premios ya está aquí. Por lo demás, la película tiene un interés bastante moderado para los espectadores de este lado del Atlántico.
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'El brindis' es una desafortunada comedia francesa sobre un insufrible treintañero, con cierto síndrome de Peter Pan, en crisis por una ruptura (tras conocerlo uno entiende a la chica que lo deja). Sumido en esa aparente desazón debe encargarse del brindis de la boda de su hermana, cuando evidentemente no es muy fan de San Valentín.
Nada especial más allá de jugar con la ruptura de la cuarta pared con lo que el protagonista habla directamente con el público. Lo peor es que intenta tener mensaje filosófico.
Acercarse mucho a la llama quema. Igual que en ocasiones ser demasiado militante puede alejar a posibles futuros militantes. Así que como creyente no sé yo si toda esta nueva hornada de películas religiosas, tanto en su vertiente católica como protestante, lograrán su fin. En cualquier caso lo que les suele salir son telefilmes de mediodía para 13TV, como es el caso de la esforzada 'Petra de San José', sobre la vida de una mujer española que en el siglo pasado fundó una orden religiosa.
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Lo más destacable de la semana (y más chocante) son las declaraciones del director Ronald Emmerich acusando a Marvel, DC y Star Wars de arruinar la industria del cine por su falta de originalidad. ¡¡¿¿Perdona, señor responsable de 'Independence Day', 'El día de mañana', 'Godzilla', 'Moonfall' y '2012', en las que siempre se produce el Armagedón??!!
Que tengáis una semana de cine.
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