Crisis de parejas para terminar la temporada de estrenos

Todo lo malo se acaba (menos las estupideces de Trump y las películas malas), así que a partir de hoy dejaréis de sufrir con mis artículos, que resultan tan variados como el vestuario de Homer Simpson, y podréis leer a otros juntaletras que seguro os aportan más que yo. Pero no hagáis fiesta, que en septiembre, como los malos alumnos, volveré. Como dijo Boris Terminator Johnson: «Hasta la vista, baby».

Y antes de que mis jefes de «La Verdad» tiren del cable, os hablaré de los últimos estrenos de la temporada, que casualmente van de matrimonios en apuros, así que no lo recomiendo para parejas en proceso de cese temporal de la convivencia (dicen que a la vuelta de vacaciones se disparan las solicitudes).

El primero es 'Los perdonados', donde somos testigos de cómo un matrimonio acomodado en crisis, de viaje en Marruecos, atropellan y matan a una persona de camino a una fiesta. Esta mezcla de 'Sé lo que hicisteis el último verano' (1997) y de 'Babel' (2006), con otra pareja en momentos problemáticos en un país extraño, está interpretado en sus papeles principales por los más que solventes Jessica Chastain y Ralph Fiennes.

No hay misterio en todo su metraje. Las relaciones de ambos con el entorno están empozoñadas por las suyas propias, pues han llegado a ese momento en que la piel del otro la sientes como lija. La huida de ellos dos de sí mismos perjudica a mucha gente, y esa entropía marital es observada por el espectador con la curiosidad del entomólogo. Una realización estilizada, con una cuidada fotografía que recuerda al de 'El cielo protector' (1990), logran trabar una película más que notable.

El cine español se despide del curso con una comedia familiar protagonizada por la más salerosa de las niñas de 'Padre no hay más que uno' (una Marisol en potencia). 'Héroes de barrio' es una película pretendidamente lumpen sobre la vida en los suburbios de un padre separado que quiere cumplir los sueños de su hija, apasionada del fútbol, fingiendo que es amigo del más saleroso de los jugadores, Joaquín. Por muy bético que uno sea y por buena voluntad que tenga el largometraje, sólo vale para una tarde de «Cine de barrio» y poco más. Alaska sabrá sacar partido a esta historia de balompié tan bientencionada como un ERE falso.

Los franceses nos facturan 'La fractura' este viernes, una reivindicación entre política y social de los llamados «Chalecos amarillos», que hace unos años incendió las calles del país galo. Lo hace a través de una pareja a punto de romper que se encuentra en un hospital en plena noche de revueltas. Un drama con el que no empatizo porque la épica de los chalecos amarillos me parece tan incomprensible como la de los surfistas. Aun así el relato polifónico funciona, y aunque uno no esté de acuerdo con el diagnostico no puede dejar de admirar lo certera (y sesgada) de la radiografía social que presenta.

Siento que el último estreno que os comento esta temporada sea una de animación sobre perros y demás bichos que viven con superhéroes, pero teniendo en cuenta que un tercio de las diez películas más taquilleras de la historia las protagonizan esos superhéroes, estoy a la moda. El perro de Superman y otros cuantos animales de compañía protagonizan 'DC Liga de supermascotas', un bodrio infantiloide sin gracia, al que es injustificable llevar a un hijo como no sea que tengas la certeza absoluta de que os van a mandar a un mal asilo con hilo musical de reggaeton.

Lo más destacable de la temporada ha sido la vuelta a la normalidad en la llegada de novedades cinematográficas; la subida espectacular de recaudación de los cines; el abandono paulatino de las productoras de los estrenos sólo en sus plataformas; que la ceremonia de entrega de los Oscar sigue sin remontar (a pesar del tortazo de Will Smith); la nueva Ley del Cine Español, que genera más interrogantes y amenazas que certezas y posibilidades; que Almodóvar ya no sea sinónimo de éxito de público; las dos mejores de estos meses, 'Drive my car' y 'Alcarrás', aún con poca gente viéndolas; los cincuenta años del Festival Internacional de Cine de Cartagena; y que sigue la sequía de grandes obras maestras de las que estamos tan necesitados.

Que tengáis una semana, un agosto, y unas vacaciones, de cine.

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