Bob Dylan. ABC

Celebrando a Bob Dylan

Ocho décadas que han servido para convertirle en una leyenda

ALBERTO FRUTOS

Sábado, 29 de mayo 2021, 08:43

Evitando la nostalgia con la complicidad del misterio, desafiando al fanatismo, confesando todo sin aclarar la realidad o la ficción que habita en sus canciones, ... narrando abrazado a los secretos, combinando centenares de máscaras y disfraces, dejando huellas sobre mojado, describiendo lo indescriptible y escogiendo siempre la ruta más libre del mapa. Así lleva caminando Bob Dylan ocho décadas que han servido para convertirle en una leyenda. Su influencia, solamente equiparable en términos musicales a la de los Beatles, se sitúa a la altura del infinito marcado por nombres como Picasso, Shakespeare, Rodin o John Ford, figuras capaces de cambiar el mundo a través de su obra. Por eso, es inevitable que tiemble la tinta a la hora de escribir un texto sobre su figura. Dado el imposible éxito de estar a la altura, lo más acertado será apostar a la infravalorada casilla de la intensidad emocional para festejar al escritor de canciones más grande de todos los tiempos.

Publicidad

Certificar la eternidad

'Blonde on blonde'

En 'Blonde on blonde' residen casi todos los Dylan que se ocultan bajo la mirada de hielo de Bob. Tormenta de poesía eléctrica capaz de derribar las defensas más férreas y los prejuicios menos interesados en firmar tratados de paz, este disco doble que venía precedido por los inconmensurables 'Bringing it all back home' y 'Highway 61 reivisited' es el punto más álgido de la carrera del genio de Minnesota, o lo que es lo mismo, una de las obras capitales de la historia musical.

Catorce temas que, moviéndose dentro de los márgenes de géneros tan reconocibles como el rock and roll, el blues, el pop y el folk, adquieren una personalidad propia, arrolladora e imparable. Un sonido único al servicio de unas letras que van del fascinante surrealismo al romanticismo más exquisito, sin olvidar el sarcasmo e ironía marca de la casa. Aunque hay temas que han resistido de una forma especial el paso del tiempo, resulta tan imposible como perezoso destacar solamente una canción dentro de un monumento tan compacto e irrefutable. 'Blonde on blonde' es infinito. Y ese es el punto exacto al que nos sigue transportando.

Otoño perenne

'Blood on the tracks'

Los primeros compases de 'Tangled up in blue'. La hermosísima melodía de la sublime 'Simple twist of fate'. 'You're a big girl now' y esa armónica final edificada sobre las lágrimas de una despedida.

Publicidad

La manera en la que Dylan saborea cada dardo de la colosal 'Idiot wind' hasta entregar una de las interpretaciones vocales más irrebatibles de su carrera. El romanticismo exacerbado de 'You're gonna make me lonesome when you go'. 'Meet me in the morning' y su descarga de blues. La vida e imaginación desbordantes de 'Lily, Rosemary and the Jack of Hearts'. 'If you see her, say hello' y su embriagadora tristeza. La brisa cálida que desprende cada segundo de 'Shelter from the storm'. 'Buckets of rain' como perfecto epílogo. Y un centenar de frases para el recuerdo que reconstruyen a la perfección el alma de un otoño perenne. ¿Un ejemplo? «Ella nació en primavera, pero yo nací demasiado tarde». Ojalá nunca nos cansemos de reivindicar y subrayar la belleza, especialmente aquella que, como ocurre en 'Blood on the tracks', radica en lo inexplicable. La más importante.

El peso del mito

'Modern times'

Dentro de la obra de Dylan en el siglo XXI, merecedora de no pocas ovaciones, destacan con particular contundencia 'Love and theft', 'Tempest' y un 'Modern times' que, llevando a cabo la injusta estrategia de la comparación, termina liderando la sublime trilogía. De la abrasadora apertura con 'Thunder on mountain' a la inabarcable 'Ain't talkin', el bueno de Bob se muestra radiante en 'Spirit on the water', 'When the deal goes down' o 'Beyond the horizon', piezas repletas de un encanto único, sin olvidar sus características lecciones de blues con las tremendas 'Someday baby' o 'Rollin' and tumblin'. Una jugada maestra redondeada con dos himnos más para su deslumbrante catálogo: 'Nettie Moore' y, sobre todo, 'Workingman's blues #2', uno de esos prodigios absolutos que justifican el peso del mito.

Publicidad

En busca del clásico perdido

En el calor de la noche

Situado entre dos de sus trabajos menos inspirados, 'Down in the groove' y 'Under the red sky', 'Oh mercy' continúa brillando como el mejor disco de Bob Dylan en la década de los 80. Producido por el gran Daniel Lanois, estamos ante una trabajo marcado por una atmósfera tan nocturna como sudorosa cuyo triunfo artístico se sostiene sobre el colchón de teclados de 'Disease of conceit'; el solo de saxofón de la deliciosa 'Where teardrops fall'; la percusión endemoniada de 'Everything is broken'; el sonido crujiente de las guitarras que afilan 'Political world' y 'What good am I?'; 'Man in the long black coat' y su seductora intriga; la armónica respondona de 'What was it you wanted'; la primorosa sencillez de 'Shooting star'; o la conmovedora solemnidad de 'Ring them bells'. Golpes de genio que engrandecen un disco elevado definitivamente a la categoría de imprescindible gracias a 'Most of the time', una de las canciones de desamor más estremecedoras jamás escritas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad