La apuesta por lo inesperado de Xoel López

Talento inquieto cuya versatilidad ha generado una carrera donde cada disco resuena con una voz propia, late con un corazón único y remueve las entrañas con la destreza de los huracanes que pasan solamente una vez, el cantante y compositor nacido en La Coruña lleva casi la mitad de su existencia contándonos sus luces y sombras, sus conquistas y derrotas, sus huidas hacia delante y sus navíos pintados de nostalgia, sus impulsos y sus sueños, su realidad y su ficción, su vida y, quizá sin saberlo, y tantas veces, la nuestra.

Y lo ha hecho utilizando tres trajes distintos. Vamos por partes. En primer lugar, tenemos el repertorio bajo el nombre artístico de Deluxe, con el que, entre 2001 y 2008, entregó cinco trabajos discográficos que le auparon a puestos destacados dentro de la escena de pop/rock nacional. Por otro lado, encontramos su trayectoria como Xoel López, la cual se inició con algo de desconcierto hasta transformarse en fascinación y flechazo duradero gracias a unas canciones que huelen a mar, queman como la tierra y reconfortan con su aire sanador. Todo ello, ojo, sin olvidar Lovely Luna, proyecto compartido con Félix Árias donde el folk se convertía en el gran protagonista y al que pertenecen obras tan notables como 'Las cosas que nadie debe ver'.

Distintos rostros artísticos para un recorrido profesional que se encuentra actualmente en uno de sus momentos más dulces gracias a 'Caldo Espírito', serio candidato a mejor disco de un Xoel López que pocas veces había logrado capturar de un modo tan proporcionado, dinámico, tierno, divertido, épico e íntimo el alma, la tinta y el músculo de sus historias. Un sensacional álbum donde el gallego también se desata en lo musical, fundiendo en un mismo universo al merengue y la salsa con el acento Dylan, al rock con el funk o a las raíces de su tierra gallega con la new wave.

Un último paso que fija otro de los pilares fundamentales para entender su carrera: la mutación sobre el escenario. No hay dos giras iguales de Xoel López. Cada reencuentro con él en el fervor del directo es una apuesta por lo inesperado que, sin embargo, sabes que saldrá bien porque estás acudiendo a la llamada de un maestro de la canción. Y de la transformación constante.