Alex Conde Trío.
Pianista

Álex Conde: «La libertad musical y creativa es lo más importante»

El prestigioso músico nacido en Valencia se presenta junto a Pablo Martín Caminero (contrabajo) y Michael Olivera (batería) para ofrecer otro concierto imperdible dentro de la programación del Festival Jazzazza 20

Viernes, 20 de diciembre 2024, 00:39

La tradición como puerto desde el cual lanzarse a la búsqueda de nuevas islas, paisajes, destinos y torbellinos de emoción. Partir de las costas de ese flamenco universal que raspa las venas y alumbra la mirada para, en un juego de espejos que no acepta ... trucos baratos, fundirlo con el jazz de humo nocturno, de sensualidad y elegancia, de chaqueta empapada en sudor. Así suena la propuesta de Álex Conde, compositor y pianista valenciano que acumula en su trayectoria una serie de logros musicales basados, precisamente, en este mestizaje orgánico, en esta maniobra de virtuosísimo y decisión. Fundador del Piano Flamenco Institute en Nueva York, Conde llega al Festival Jazzazza 20 para repasar su obra e ir dando pistas del que será su próximo trabajo, 'El Trío', contando para ello con Pablo Martín Caminero en el contrabajo y Michael Olivera a la batería. Hablamos con Álex.

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Álex Conde Trío

  • Cuándo Viernes a las 22.00 horas.

  • Dónde Jazzazza Jazz Club. Algezares.

  • Cuánto 15 €.

–Flamenco y jazz. Jazz y flamenco. ¿En qué punto preciso del camino encontró usted la conexión entre estos géneros?

–Siempre tuve inquietud por el jazz y la música de raíz como el blues y el flamenco. Creo que aquí es donde un artista tiene la libertad necesaria para expresarse y transmitir. Si puedes hacerlo a través de ambos géneros, mejor todavía.

–En su caso, ¿cuál de estos estilos llego primero tanto como oyente como músico?

–Yo conozco la música española, la copla y el flamenco, de mi casa. Mi padre Alejandro Conde me conectó a ella cuando yo tenía tres años y ahí sigo.

–A nivel de interpretación, ¿cuáles son los mayores desafíos que presenta cada uno de estos lenguajes artísticos? ¿Es igual la manera en la que se enfrenta a cada uno de ellos?

–El elemento rítmico es uno de los más particulares para ambos, aunque los dos son complejísimos a nivel armónico.

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–Está claro que hablamos de músicas donde el equilibrio es un elemento fundamental. ¿De qué manera busca esa forma de andar entre la sutileza y el estruendo?

–El balance reside en la técnica pianística con la que te acercas al instrumento, pero, sobre todo, en la conexión con el resto de los músicos. Por ejemplo, el contrabajo de Pablo Martín, quien proviene de una educación clásica europea, interpreta el flamenco desde una delicadeza a un estallido necesario para los remates finales, mientras que, por otro lado, Michael Olivera en la percusión, debido a sus raíces afrocubanas, resalta la contundencia que nos traslada desde los tambores de sus ancestros a la sutileza de las escobillas más swingueras. Son unos auténticos genios a nivel musical y personal. Nadie más puede hacer una labor como la de ellos.

«Los clubes de jazz son como los tablaos flamencos, ahí es donde se puede ver y escuchar la verdad»

–Todos estos aspectos estarán presentes en su próximo trabajo, el cual se publicará el próximo mes de enero. ¿Cómo nace este nuevo disco?

–El proyecto nace de la colaboración con estos dos músicos excepcionales de los que hemos hablado. Ellos me han dado el soporte para crear obras complejas que suenen de forma orgánica. Lo grabamos en Madrid antes del verano y ha sido una experiencia maravillosa.

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–Con este álbum llega a los ocho discos en su carrera. ¿En qué faceta siente que ha crecido más a la hora de desarrollar su talento con el paso del tiempo?

–Me encuentro en un punto donde la libertad musical y creativa es lo más importante y lo primero. Me siento cómodo en el piano en cualquier formato siendo yo mismo. Respecto a la búsqueda del sonido propio, es algo incesante que evoluciona como la vida misma.

–¿Cuánto peso sigue teniendo la formación en su trayectoria? ¿Sigue dedicando muchas horas al estudio de su instrumento?

–No estudio tanto como antes por una cuestión de tiempo y prioridades, pero paso más tiempo en los escenarios interpretando delante de un público cada vez más exigente, lo que considero igual de importante.

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–Su concierto se enmarca en la sensacional programación del Festival Jazzazza 20 Aniversario. ¿Hasta qué punto considera importante que existan este tipo de clubes a nivel tanto local como nacional?

–Los clubes de jazz son como los tablaos flamencos, ahí es donde se puede ver y escuchar la verdad. Los teatros grandes no pueden aportar esa intimidad tan necesaria para este género. Estos lugares son cruciales para formarte como artista y adquirir tablas. Son absolutamente imprescindibles y necesitan todo el apoyo de artistas y público. Jazzazza Jazz Club es un claro ejemplo de trabajo constante por la música en directo como tantos otros alrededor del país que se sacrifican para traer música de calidad al público.

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