'1917', ¿la película del año?

Los Reyes Magos nos han traído un Presidente nuevo, que según opiniones, ha sido un buen regalo o puro carbón. Y es que esta semana para unos han investido a un Presidente y otros creen que un Presidente les ha embestido. Pero tanto para los primeros como para los segundos, mi recomendación es ir al cine para ver '1917'.

La primera media hora de 'Salvar al soldado Ryan' (1998), donde se narraba descarnadamente el desembarco de Normandía, cambió para siempre el cine bélico. Ya nunca habría muertes sin dolor, ni campos de batallas gloriosamente floreado de cadáveres de héroes. Desde entonces se ha impuesto una visión más realista que, paradójicamente, ha dado lugar a algunas de las mejores cintas sobre la guerra.

Hoy nos llega otra hija de esta tendencia, '1917', que puede que sea la película del año, habiendo adelantado en la última manga a las favoritas para los premios que empiezan ahora a darse (con más profusión que vasos de plástico en un botelleo). Sam Mendes es su director, así que encontraremos su excelente sentido estético y su concepción teatral de la puesta en escena. La película ha llamado la atención por su pericia técnica, al haberse rodado en un largo plano secuencia, y la manera de humanizar la inhumana guerra, a través de un soldado que debe llevar un mensaje atravesando el frente. Para mi aporta más que 'Senderos de gloría' (1957), y Benedict Cumberbatch y Colin Firth colaboran con su veteranía para que Mendes realice su mejor película desde 'Camino a la Perdición' (2002). Para no perdérsela.

Benedict Cumberbatch hace doblete este viernes, porque también lo encontramos en el reparto de 'La guerra de las corrientes' (qué titulo más desafortunado, por preciso que resulte) junto a Michael Shannon, Nicholas Hoult y Tom Holland.

Narra el conflicto que surgió entre inventores e industrias cuando se popularizó la electricidad a finales del siglo XIX. Históricamente interesante, el valor instructivo supera al artístico. Es perfecta por si alguien tenía idealizado a ese hijo de mil leches con talento que era Edison, y para que los más ignorantes descubran que Tesla era antes de una marca de coches inasumiblementes caros, el apellido de un inventor que salió perdiendo en esta confrontación. Viene a ser un documental de lujo del Canal de Historia. La curiosidad es que estamos ante la última producción de Harvey Weinstein antes de caer en desgracia.

Con estética de cine mudo (blanco y negro incluido) nos llega el drama sobrenatural 'El faro', con Willem Dafoe y Robert Pattinson monopolizando toda la cinta, al tratarse de dos fareros atrapados en su lugar de trabajo durante semanas.

El espectador es testigo de las luchas que surgen en este microcosmos, narradas desde silencios y miradas, hablando de esas pequeñas meadas en las esquinas para marcar el terreno. Pero a la lucha entre los hombres, se une la que establecen contra una naturaleza que los reduce a la mínima expresión. Una gran película, no apta para todos los paladares.

También hay una películita española (como no, comedia) titulada 'La suite nupcial', dirigida y protagonizada por Carlos Iglesias con la colaboración de José Mota y Santiago Segura. Comedia costumbrista y tierna, a medio camino entre 'Guía del hombre casado' (1967), 'La mujer de rojo' (1984) y el libro de Fernando Díaz-Plaja «El español y los siete pecados capitales». Un vodevil sobre un sesenton deseoso de una cana al aire, al que todo se le complica. Me parece que tiene un sabor demasiado a la España que viajaba a Perpiñán para ver películas «S».

Si ya habéis ido de rebajas, os habéis pesado y os habéis apuntado al gimnasio, ya habéis cumplido con las obligaciones de estos días, así que podéis disfrutar de una semana de cine.