El año pasado, en plena campaña electoral, el Ayuntamiento de Torrevieja y el antiguo Consell del Botánico protagonizaban su último encontronazo. El gobierno de Ximo Puig intentó a última hora ubicar un centro de menores en el Delfina Viudes de Torrevieja y el Consistorio ordenó paralizar los trabajos por, decían, carecer de licencia. La Junta de Gobierno decidió ayer, ahora con el Consell de Carlos Mazón, dar licencia de obra mayor sobre este edificio propiedad de la Generalitat, solo que ya no para un centro de menores tutelados, sino como residencia y centro de atención a la diversidad funcional y punto de encuentro familiar.
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El alcalde, Eduardo Dolón, salva así de momento el órdago que le puso la anterior administración autonómica. Esta semana el equipo de gobierno municipal hacía público un encuentro del regidor torrevejense con el secretario autonómico Emilio Argüeso y ayer el concejal-secretario de la Junta de Gobierno, Federico Alarcón, daba cuenta de la concesión de la licencia.
En sus explicaciones, Alarcón no dio muchos detalles del proyecto, más allá de incidir en que no albergará a menores tutelados y sí a personas con discapacidad, como así ha venido defendiendo a capa y espada la administración Dolón.
A preguntas de los medios de comunicación, Alarcón sí dio cuenta del dinero que el Ayuntamiento prevé ingresar por la concesión de esta licencia de obra mayor: unos 21.000 euros, que, dijo, se aplican sobre una base imponible de 525.530 euros. Esa vendría a ser la cifra que el actual Consell maneja invertir en el Delfina Viudes.
Valencia habría tramitado así, vía rápida, una modificación del proyecto de sus antecesores del Botánico. Hasta el momento, la Generalitat no ha dado cuenta de las consecuencias que le habría acarreado desistir de la obra paralizada y del proyecto anterior, cuya obra ya estaba contratada.
En la actualidad el Delfina Viudes alberga a unos 28 residentes del Centro Oriol de Orihuela. Llevan allí desplazados de manera provisional desde que, en 2019, la Dana arrasara con su antigua residencia y centro de día en el Palmeral oriolano. Su destino final debe ser regresar a Orihuela, donde el Botánico les compró el antiguo asilo para que fuera su nueva residencia.
Los padres de estos usuarios denuncian falta de mantenimiento en las instalaciones, con deficiencias de seguridad, falta de elementos básicos como puertas o aire acondicionado.
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