Jesús Nicolás
Viernes, 19 de enero 2024, 16:22
Esta semana la Generalitat comunicaba a Guardamar que no la considera el lugar más idóneo para ubicar el nuevo centro integral de Formación Profesional de la Vega Baja. Apenas unos días más tarde, el vecino que aprovecha el vendaval para presentar con fuerza su candidatura a tomarle el relevo no es otro que Torrevieja. El alcalde, Eduardo Dolón, ha hecho este viernes pública su intención de no dejar escapar una importante inversión para una ciudad con sus recursos educativos escasos y contra las cuerdas.
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El regidor torrevejense ha manifestado que desde la ciudad ya se han dirigido al director general de Formación Profesional de la Conselleria de Educación, Manuel Gomicia, para defender que Torrevieja, como quinta ciudad de la comunidad autónoma, es el lugar preciso para albergar este recurso en el sur de la provincia de Alicante.
El primer edil recordó que la ciudad, con 96.000 habitantes empadronados, cuenta con siete institutos, seis públicos y uno concertado, con lo cual Torrevieja cumple de sobra con la demanda potencial para unas instalaciones como estas. «Torrevieja tiene una enorme demanda de plazas educativas y, además, tiene la población educativa necesaria», ha reiterado Dolón en contraposición con Guardamar, con una población escolar mucho menor.
Según los últimos datos ofrecidos por la Concejalía de Educación, Torrevieja comenzó el presente curso con la población escolar más alta de la historia de la ciudad. En total, el municipio tenía a inicios del pasado septiembre 13.294 alumnos en Infantil y Primaria, ESO, FP, Bachiller y ciclos, 1.009 alumnos con respecto al curso anterior. En Secundaria, en las mismas fechas, se mantienían las 124 unidades del curso anterior pese a que el alumnado aumentó de 3.710 a 3.858. En Bachillerato y FP, el número varió de 1.733 a 1.871, con 36 aulas.
A consecuencia de esto, el alcalde, Eduardo Dolón, ya ha requerido a la Generalitat para que agilice la construcción en barracones de un nuevo instituto para la ciudad. Se trataría del número seis, que en la práctica ya funciona como una sección delegada del IES Torrevigía y está dando sus clases en un edificio anexo al Auditorio Internacional.
En estos momentos, con una población escolar al alza empujada por el alumnado sobrevenido y con unas ratios disparadas, que en algunas aulas superan holgadamente los 30 alumnos, Torrevieja se presenta como una plaza donde la demanda de FP puede ser muy elevada. Más si cabe cuando esta salida se presenta como una alternativa cada vez más en auge frente a la carrera universitaria y que, además, consigue sacar a muchos jóvenes del absentismo y el fracaso escolar.
Todo esto, por supuesto, no ha sido nada bien recibido a orillas de la desembocadura del Segura. En Guardamar, su alcalde, José Luis Sáez (PSOE), lleva toda la semana denunciando lo que considera una decisión política injusta. El municipio consiguió el compromiso del anterior gobierno del Botánico y del expresident, Ximo Puig (PSOE), para ubicar ese centro en la localidad costera, pero el nuevo ejecutivo valenciano de Carlos Mazón (PP) decidió retirarle el proyecto pese a tener ya delegadas en el Consistorio guardamarenco las competencias para sacar los trabajos a licitación a través del Plan Edificant.
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En una misiva a Sáez, la Conselleria de Educación justificaba su decisión en un informe técnico del pasado noviembre en el que la Dirección General de Formación Profesional suscribe que Guardamar «no es estratégicamente, ni en términos de necesidad económica y posibilidades de empleabilidad del alumnado el sitio adecuado».
Tras esto, el alcalde de Guardamar ve una operación política para ubicar este recurso en un ayuntamiento que esté gobernado por el PP. En este sentido, el regidor asegura que presentará dentro del plazo de 15 días alegaciones a esta decisión de la Conselleria, que considera «un insulto» y una «falta de respeto» a su pueblo.
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El pasado marzo y a unos meses de las elecciones autonómicas, el expresident Ximo Puig, durante una visita a las obras de ampliación del IES Thader de Orihuela, anunciaba junto a la entonces consellera, Raquel Tamarit, la intención de la Generalitat de poner en marcha la construcción de tres nuevos centros integrados de Formación Profesional en Orihuela, Torrevieja y Guardamar del Segura. Tres centros que contarían, decían, con una inversión de 50 millones de euros para ampliar la oferta formativa y mejorar la empleabilidad de la Vega Baja.
En concreto, el centro integrado de FP de Guardamar del Segura iba a ofertar títulos formativos relacionados con las familias de FP Marítimo-pesquera, Energía y Agua y con la familia de titulaciones Agrarias. En el caso del nuevo centro de FP de Orihuela, los estudios se centrarían en las familias de Fabricación Mecánica, Hostelería y Turismo y Sanidad. Por su parte, el de Torrevieja ofertaría estudios de las familias de Artes Gráficas, Madera y Muebles, Imagen Personal y Servicios a la comunidad.
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La actual Consellería de Educación, a preguntas de los medios de comunicación, subraya que su decisión ahora, y al contrario que con el anterior ejecutivo del Botánico, se basa en criterios técnicos y estratégicos «alejados de todo partidismo y arbitrariedad». Señalan que allá donde vaya a parar el centro los jóvenes de Guardamar también podrán beneficiarse.
Educación, asimismo, recalca que mantendrá reuniones con los ayuntamientos de la Vega Baja para valorar y estudiar cuál es el enclave más idóneo. Almoradí sería otro de los municipios que se habría postulado.
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